Dudas y certezas: Tomás y la fe genuina (Juan 20:19–31)

Reconocer y confrontar honestamente nuestras dudas, mostrando que la fe genuina no teme las preguntas, y que Jesús está dispuesto a acercarse a quienes luchan para creer. Dar el paso de confiar y adorar, aun sin tener todas las respuestas.

La duda es parte de la experiencia humana, incluso en la vida de fe. A veces, queremos pruebas tangibles antes de creer una promesa o un milagro. Tomás fue honesto: no le bastaban las palabras de otros, necesitaba ver y tocar. Jesús no lo rechazó, sino que lo invitó a acercarse y experimentar por sí mismo. La historia de Tomás no es solo sobre “dudar”, sino sobre el camino hacia una fe auténtica y personal.

• ¿Has tenido momentos donde necesitabas más evidencia antes de confiar en Dios?
• ¿Qué áreas de tu fe se ven más afectadas por la duda?
• ¿Cómo reaccionas cuando otros en tu entorno tienen dudas o preguntas difíciles?

1. Jesús se aparece a los discípulos reunidos y les da paz y el Espíritu Santo (v.19–23). ¿Qué significa para ti la paz que Jesús ofrece aun en medio del encierro o el miedo? ¿Cómo puedes buscar y recibir esa paz hoy?
2. Tomás no estaba presente y expresa sus dudas de forma directa (v.24–25). ¿Por qué crees que Tomás fue tan honesto con su incredulidad? ¿Te animas a expresar tus dudas ante Dios o ante otros creyentes?
3. Ocho días después, Jesús aparece de nuevo y le habla directamente a Tomás (v.26–27). ¿Cómo te impacta la paciencia y el cuidado de Jesús con Tomás? ¿De qué manera Jesús responde a tus dudas, aún sin condenarte?
4. Tomás confiesa: “¡Señor mío y Dios mío!” (v.28). ¿Qué sucede en Tomás al encontrarse personalmente con el Cristo resucitado? ¿Cómo este encuentro puede transformar tu propia fe?
5. Jesús afirma: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron” (v.29). ¿Qué significa para ti creer sin ver? ¿Qué decisiones concretas puedes tomar para fortalecer tu confianza en Jesús?

Reflexión teológica
Dudar no es pecado; quedarse en la duda, sí puede serlo si nos aleja de buscar sinceramente a Jesús. Tomás fue honesto, y Jesús le respondió con gracia y evidencia, llevándolo a una fe más profunda y adoradora. La verdadera fe se basa en el encuentro con Cristo y en confiar en su Palabra, aun cuando no podamos ver o tocar. La bendición de Jesús se extiende a todos los que eligen creer, aun en medio de la incertidumbre.

1. Expresa tus dudas en oración: Habla sinceramente con Dios sobre las áreas donde te cuesta creer, y pídele que se revele de manera personal.
2. Busca testimonio y comunidad: Acércate a creyentes maduros para compartir tus preguntas y escuchar cómo Dios ha obrado en sus vidas.
3. Da un paso de fe: Decide actuar en confianza en un área específica, aunque todavía tengas dudas, confiando en la fidelidad de Jesús.

Señor Jesús, gracias porque no rechazas mis dudas ni mis preguntas. Ayúdame a acercarme a ti con sinceridad y a experimentar tu presencia real en mi vida. Fortalece mi fe y hazme capaz de confiar y adorar, aun cuando no vea todo con claridad. Hazme bienaventurado por creer en ti, mi Señor y mi Dios. Amén.