Descubre. Reflexiona. Aplica. Crece.
📖 1 Juan 1:1-2:2
Introducción
1 Les anunciamos al que existe desde el principio, a quien hemos visto y oído. Lo vimos con nuestros propios ojos y lo tocamos con nuestras propias manos. Él es la Palabra de vida. 2 Él, quien es la vida misma, nos fue revelado, y nosotros lo vimos; y ahora testificamos y anunciamos a ustedes que él es la vida eterna. Estaba con el Padre, y luego nos fue revelado. 3 Les anunciamos lo que nosotros mismos hemos visto y oído, para que ustedes tengan comunión con nosotros; y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo, Jesucristo. 4 Escribimos estas cosas para que ustedes puedan participar plenamente de nuestra alegría.
Vivamos en la luz
5 Este es el mensaje que oímos de Jesús y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. 6 Por lo tanto, mentimos si afirmamos que tenemos comunión con Dios pero seguimos viviendo en oscuridad espiritual; no estamos practicando la verdad. 7 Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado.
8 Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad; 9 pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 10 Si afirmamos que no hemos pecado, llamamos a Dios mentiroso y demostramos que no hay lugar para su palabra en nuestro corazón.
2 Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo. 2 Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no solo los nuestros sino también los de todo el mundo.
Textos bíblicos tomados de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente® (NTV). Copyright © 1996, 2006, 2010, 2015 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers Inc. Todos los derechos reservados.
Asunto y propósito de la carta
1 Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado y lo que han tocado nuestras manos, esto escribimos acerca del Verbo de vida. 2 Y la vida se manifestó. Nosotros la hemos visto, y damos testimonio y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y se manifestó a nosotros. 3 Lo que hemos visto y oído les proclamamos también a ustedes, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. En verdad nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. 4 Les escribimos estas cosas para que nuestro gozo sea completo.
Dios es Luz
5 Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que les anunciamos: Dios es Luz, y en Él no hay ninguna tiniebla. 6 Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. 7 Pero si andamos en la Luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado.
8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a Él mentiroso y Su palabra no está en nosotros.
Cristo, nuestro abogado
2 Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguien peca, tenemos Abogado para con el Padre, a Jesucristo el Justo. 2 Él mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
Textos bíblicos tomados de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.NuevaBiblia.com
La palabra de vida
1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida 2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); 3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.
Dios es luz
5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Cristo, nuestro abogado
2 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Textos bíblicos tomados de la Reina-Valera 1960 (RVR1960). Copyright © 1960 por la Sociedad Bíblica Americana. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
❤️ Estudio Bíblico Guiado
🎯 Objetivo pedagógico
Reconocer el llamado a vivir en la luz de Dios, para experimentar comunión real con Él y con otros, y descansar en la gracia de Cristo que nos limpia y defiende.
📂 Introducción reflexiva
¿Alguna vez has sentido alivio al confesar algo que ocultabas? A veces vivimos con “luces apagadas”: callamos, disimulamos, aparentamos. Pero cuando la verdad sale a la luz, aunque cueste, también llega la paz. En la vida espiritual pasa algo parecido: podemos intentar ocultar el pecado, o caminar con transparencia delante de Dios. El apóstol Juan nos invita a conocer a Jesús, la “Palabra de vida”, y a andar en la luz de su amor. Mientras leemos, pensemos juntos: ¿qué significa caminar en la luz en medio de una vida con fallas y luchas?
💬 Preguntas de conexión personal
- ¿Qué sientes cuando alguien cercano confía en ti y te cuenta algo que tenía guardado?
- ¿Sueles mostrarte tal como eres, o tiendes a ocultar partes de tu vida a otros (o a Dios)?
- ¿Qué te da más miedo: ser descubierto en tu error o permanecer en la oscuridad sin ayuda?
🔎 Exploración profunda del texto
- 1:1–2 — Lo que hemos visto y oído. ¿Qué destaca Juan sobre su experiencia con Jesús? ¿Por qué insiste en lo “tangible” de la fe? ¿Cómo cambia tu confianza saber que seguimos a un Salvador real y cercano?
- 1:3–4 — Comunión verdadera. ¿Con quién dice Juan que tenemos comunión al creer en Cristo? ¿Qué significa “tener gozo completo” en este contexto? ¿Cómo sería vivir relaciones más auténticas y gozosas hoy?
- 1:5 — Dios es luz. ¿Qué verdad central comunica Juan sobre Dios? ¿Qué implica que en Él no haya “ninguna oscuridad”? ¿En qué áreas de tu vida anhelas más claridad y luz de Dios?
- 1:6–7 — Caminar en la luz. ¿Qué contraste hace el texto entre decir y vivir? ¿Por qué la comunión con otros se relaciona con la sangre de Jesús? ¿Qué ejemplos cotidianos muestran si caminas en la luz o en la sombra?
- 1:8–10 — Confesión sincera. ¿Qué advierte Juan sobre decir que “no tenemos pecado”? ¿Qué significa “confesar” aquí? ¿Cómo cambia tu corazón saber que Dios es fiel y justo para perdonar?
- 2:1–2 — El Abogado fiel. ¿Cómo describe Juan a Jesús en relación con nuestro pecado? ¿Qué significa en tus palabras que sea “propiciación” (defensor que reconcilia)? ¿Qué alivio te trae saber que Jesús intercede por ti hoy mismo?
Reflexión teológica
Juan nos recuerda que la vida cristiana no es pretender perfección, sino vivir a la luz de Dios, confiando en la gracia de Jesús. Caminar en la luz significa honestidad: reconocer el pecado sin miedo, porque Cristo ya nos defiende. La “comunión” que él menciona no es solo amistad humana, sino una unión con Dios que se refleja en relaciones sanas y verdaderas. Jesús, como “Abogado”, asegura que nuestro perdón no depende de nuestro esfuerzo, sino de su sacrificio suficiente en la cruz.
👣 Transformación
- Haz un momento de oración honesta: confiesa a Dios algo que has estado escondiendo y recibe su perdón.
- Da un paso de luz: comparte con alguien de confianza una lucha personal y pide oración.
- Antes de dormir esta semana, agradece a Jesús que es tu defensor, incluso en lo que aún no logras cambiar.
🙏 Oración sugerida
Señor, gracias porque en ti hay luz y no tinieblas. Perdóname cuando he querido ocultar mi pecado o aparentar. Hoy quiero caminar con transparencia delante de ti. Gracias, Jesús, porque eres mi defensor y mi paz. Amén.
🛠️ Recursos Extra para Facilitadores
- Versículo para memorizar: 1 Juan 1:9.
- Referencias cruzadas: Salmo 32:1–2; Juan 8:12; Hebreos 4:14–16; Santiago 5:16; Romanos 8:33–34.
- Dinámica grupal: Cada participante escribe en un papel (sin nombre) una lucha personal. Se mezclan y luego se ora en parejas por el papel recibido.
- Aplicación familiar: En una reunión familiar, apaguen todas las luces y enciendan una vela. Conversen: ¿qué cambia cuando la luz se enciende? Relacionen esto con la vida en Cristo.
- Advertencia pastoral: Al hablar de confesión, no se trata de exponer públicamente todo. La confesión debe ser primero a Dios y, si se comparte con alguien, debe ser en un ambiente de confianza y cuidado seguro.
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