Cuando la crisis sacude: ¿Qué hacemos cuando todo se derrumba? (Joel 1:1–20)

¿Cómo responder espiritualmente en tiempos de pérdida o dificultad?

📖 Joel 1:1-20

El Señor le dio el siguiente mensaje a Joel, hijo de Petuel.

Lamento por la plaga de langostas

Oigan esto, líderes del pueblo.
    Escuchen, todos los habitantes de la tierra.
En toda su historia,
    ¿había sucedido antes algo semejante?
Cuéntenlo a sus hijos en los años venideros,
    y que sus hijos lo relaten a sus hijos.
    Transmitan esta historia de generación en generación.
Después de que la oruga devoró las cosechas,
    ¡el pulgón acabó con lo que quedaba!
Luego vino el saltamontes
    y llegó también la langosta.

¡Despiértense, borrachos, y lloren!
    ¡Giman, bebedores de vino!
Todas las uvas están arruinadas
    y se acabó el vino dulce.
Un inmenso ejército de langostas ha invadido mi tierra,
    un ejército terrible, imposible de contar.
Sus dientes son como los del león
    y sus colmillos se parecen a los de la leona.
Destruyó mis vides
    y arruinó mis higueras;
les arrancó la corteza y la destruyó,
    dejando sus ramas blancas y desnudas.

Lloren como una recién casada vestida de luto,
    quien llora la muerte de su esposo.
Pues no hay grano ni vino
    para ofrecer en el templo del Señor.
Por eso los sacerdotes están de luto;
    los ministros del Señor están llorando.
10 Los campos están arruinados,
    la tierra quedó desnuda.
El grano está destruido,
    las uvas se secaron
    y se acabó el aceite de oliva.

11 ¡Laméntense, ustedes, agricultores!
    ¡Giman, ustedes que cultivan vides!
Lloren porque el trigo y la cebada
    —todos los cultivos del campo—están arruinados.
12 Se secaron las vides
    y se marchitaron las higueras.
Los granados, las palmeras y los manzanos
    —todos los árboles frutales—se secaron.
    Y la alegría de la gente se marchitó con ellos.

13 Ustedes sacerdotes, ¡vístanse de tela áspera y lloren!
    ¡Giman, ustedes, los que sirven ante el altar!
Vengan, pasen la noche vestidos de tela áspera,
    ustedes, ministros de mi Dios.
Pues no hay grano ni vino
    para ofrecer en el templo de su Dios.
14 Proclamen un tiempo de ayuno;
    convoquen al pueblo a una reunión solemne.
Reúnan a los líderes
    y a toda la gente del país
en el templo del Señor su Dios
    y allí clamen a él.
15 El día del Señor está cerca,
    el día cuando la destrucción viene de parte del Todopoderoso.
    ¡Qué terrible será aquel día!

16 La comida desaparece delante de nuestros ojos.
    Ya no hay celebraciones de júbilo en la casa de nuestro Dios.
17 Las semillas mueren en la tierra reseca
    y las cosechas de grano se pierden.
Los establos están vacíos,
    y los graneros, abandonados.
18 ¡Cómo braman de hambre los animales!
    Las manadas de ganado vagan desorientadas
porque no encuentran pasto.
    Los rebaños de ovejas y cabras gimen en su sufrimiento.

19 ¡Señor, ayúdanos!
El fuego ha devorado los pastos del desierto
    y las llamas han consumido todos los árboles.
20 Hasta los animales salvajes claman a ti
    porque los arroyos se secaron
    y el fuego ha devorado los pastos del desierto.

Textos bíblicos tomados de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente® (NTV). Copyright © 1996, 2006, 2010, 2015 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers Inc. Todos los derechos reservados.

La plaga de langostas

Palabra del Señor que vino a Joel, hijo de Petuel.

Oigan esto, ancianos,
Y presten oído, habitantes todos de la tierra.
¿Ha acontecido cosa semejante en sus días,
O en los días de sus padres?
Cuéntenselo a los hijos de ustedes,
Y sus hijos a los suyos,
Y sus hijos a la siguiente generación.
¶Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta;
Lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón;
Y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.
Despierten, borrachos, y lloren,
Y giman todos los que beben vino,
A causa del vino dulce
Que les quitan de la boca.
Porque una nación ha subido contra mi tierra,
Poderosa e innumerable;
Sus dientes son dientes de león,
Y tiene colmillos de leona.
Ha hecho de mi vid una desolación,
Y astillas de mi higuera.
Del todo las ha descortezado y derribado;
Sus ramas se han vuelto blancas.
¶Laméntate como virgen ceñida de cilicio
Por el esposo de su juventud.
Han sido cortadas la ofrenda de cereal y la libación
De la casa del Señor.
Están de duelo los sacerdotes,
Los ministros del Señor.
10 El campo está asolado,
La tierra está de duelo,
Porque el grano está arruinado,
El vino nuevo se seca,
Y el aceite virgen se pierde.
11 Avergüéncense, labradores,
Giman, viñadores,
Por el trigo y la cebada,
Porque la cosecha del campo se ha perdido.
12 La vid se seca,
Y se marchita la higuera;
También el granado, la palmera y el manzano,
Todos los árboles del campo se secan.
Ciertamente se seca la alegría
De los hijos de los hombres.
13 Cíñanse de cilicio,
Y laméntense, sacerdotes;
Giman, ministros del altar.
Vengan, pasen la noche ceñidos de cilicio,
Ministros de mi Dios,
Porque sin ofrenda de cereal y sin libación
Ha quedado la casa de su Dios.
14 Promulguen ayuno,
Convoquen asamblea;
Congreguen a los ancianos
Y a todos los habitantes de la tierra
En la casa del Señor su Dios,
Y clamen al Señor.
15 ¡Ay de ese día!
Porque está cerca el día del Señor,
Y vendrá como destrucción del Todopoderoso.
16 ¿No ha sido suprimido el alimento de delante de nuestros ojos,
Y la alegría y el regocijo de la casa de nuestro Dios?
17 Las semillas se han secado bajo los terrones;
Los almacenes han sido asolados,
Los graneros derribados
Porque se secó el grano.
18 ¡Cómo muge el ganado!
Andan vagando las manadas de vacas
Porque no hay pasto para ellas;
Hasta los rebaños de ovejas sufren.
19 A Ti clamo, oh Señor,
Porque el fuego ha devorado los pastos del desierto,
Y la llama ha consumido todos los árboles del campo.
20 Aun las bestias del campo braman por Ti,
Porque se han secado los arroyos de agua,
Y el fuego ha devorado los pastos del desierto.

Textos bíblicos tomados de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.NuevaBiblia.com

Devastación de la tierra por la langosta

Palabra de Jehová que vino a Joel, hijo de Petuel.

Oíd esto, ancianos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿Ha acontecido esto en vuestros días, o en los días de vuestros padres? De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación. Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado.

Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca. Porque pueblo fuerte e innumerable subió a mi tierra; sus dientes son dientes de león, y sus muelas, muelas de león. Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas.

Llora tú como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud. Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los sacerdotes ministros de Jehová están de duelo. 10 El campo está asolado, se enlutó la tierra; porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite.

11 Confundíos, labradores; gemid, viñeros, por el trigo y la cebada, porque se perdió la mies del campo. 12 La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres.

13 Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.

14 Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová.

15 ¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso. 16 ¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios?

17 El grano se pudrió debajo de los terrones, los graneros fueron asolados, los alfolíes destruidos; porque se secó el trigo. 18 ¡Cómo gimieron las bestias! ¡Cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron asolados los rebaños de las ovejas.

19 A ti, oh Jehová, clamaré; porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo. 20 Las bestias del campo bramarán también a ti, porque se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderas del desierto.

Textos bíblicos tomados de la Reina-Valera 1960 (RVR1960). Copyright © 1960 por la Sociedad Bíblica Americana. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.

❤️ Estudio Bíblico Guiado

🎯 Objetivo pedagógico

Ayudar a reconocer que las crisis pueden ser oportunidades para volvernos sinceramente a Dios, aprender a procesar el dolor delante de Él y a buscar sentido y dirección en medio de la dificultad.

📂 Introducción reflexiva

A veces la vida nos sorprende con pérdidas, fracasos o situaciones fuera de nuestro control. Pueden ser problemas económicos, familiares, de salud o sueños que se derrumban. Así se sintió el pueblo de Judá en los días de Joel: una plaga arrasó todo lo que era fuente de seguridad y alegría. Sin embargo, Joel invita a mirar la crisis no solo como castigo o accidente, sino como una llamada a detenernos, reflexionar y buscar a Dios con sinceridad. Este pasaje nos reta a no quedarnos en la queja o el desaliento, sino a descubrir qué quiere Dios enseñarnos y cómo podemos acercarnos a Él en los momentos más difíciles.

💬 Preguntas de conexión personal
  • ¿Recuerdas una crisis que te dejó sintiéndote sin control o sin recursos?
  • ¿Cuál fue tu reacción inicial: frustración, resignación, búsqueda de ayuda?
  • ¿Cómo ha cambiado tu relación con Dios a través de tiempos difíciles?
🔎 Exploración profunda del texto
  1. Joel describe el desastre: “Lo que quedó de la oruga lo comió el saltón…” (1:4). ¿Por qué crees que Dios permite que enfrentemos pérdidas tan grandes? ¿Qué propósito puede haber detrás del dolor?
  2. El profeta llama al pueblo a lamentarse y a clamar a Dios (1:8–14). ¿Por qué es importante reconocer y expresar el dolor delante de Dios, en vez de ignorarlo o solo buscar soluciones rápidas?
  3. “Santifiquen ayuno, convoquen asamblea, clamen al Señor” (1:14). ¿De qué maneras prácticas puedes buscar a Dios en medio de una crisis? ¿Te has abierto a la oración, el ayuno o el acompañamiento espiritual en tiempos difíciles?
  4. Joel no minimiza el sufrimiento, pero dirige la atención a Dios (1:19). ¿Qué diferencia hace enfrentar la crisis solo que enfrentarla buscando el rostro de Dios? ¿Qué cambio de actitud puedes tener ante tus dificultades actuales?

Reflexión teológica
Las crisis no siempre son señales de castigo; muchas veces son oportunidades para un encuentro más profundo con Dios. Él no ignora nuestro dolor, ni espera que lo enfrentemos solos. Al clamar a Él, expresar nuestro lamento y buscarle sinceramente, encontramos consuelo, dirección y la posibilidad de un nuevo comienzo. Dios usa la fragilidad y la pérdida para llamarnos a depender de Él y a renovar nuestra esperanza, aun cuando todo parece estar perdido.

👣 Transformación
  1. Identifica un área de tu vida que sientas “arrasada” o en crisis. Escríbelo y preséntalo en oración, pidiéndole a Dios sabiduría y fortaleza.
  2. No enfrentes la dificultad en soledad: busca un amigo de fe, líder o grupo con quien compartir tu carga y orar juntos.
  3. Elige una práctica espiritual que normalmente no haces (ayuno, silencio, escribir un diario de oración) y dedica ese tiempo especial a escuchar a Dios en medio de la dificultad.
🙏 Oración sugerida

Señor, aquí está mi crisis, mi dolor y mi pérdida. No quiero enfrentar esto sin ti. Enséñame a buscarte en medio del desastre, a no rendirme a la desesperanza y a confiar en que puedes darme un nuevo comienzo. Fortalece mi fe y mi corazón mientras espero en ti. Amén.

🛠️ Recursos Extra para Facilitadores

  • Versículo para memorizar: Joel 1:19
  • Dinámica grupal: Invita al grupo a escribir (en privado) una situación de crisis reciente. Compartan si lo desean, y terminen orando juntos, presentando cada necesidad a Dios.
  • Aplicación familiar: En familia, hablen de un momento difícil que hayan vivido juntos. Recuerden cómo Dios estuvo presente, oren juntos y agradezcan por su compañía incluso en los tiempos más duros.
  • Advertencia pastoral: Algunos pueden estar en medio de crisis profundas (duelo, enfermedad, desempleo). Sé especialmente empático y ofrece recursos de apoyo si es necesario.
¿Te ayudó este estudio? ¡Comparte la Palabra de Dios!

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