El testimonio que transforma (Gálatas 1:11–24)

¿De qué manera Dios puede usar tu historia, aun tus errores, para mostrar su gracia?

📖 Gálatas 1:11-24

El mensaje de Pablo procede de Cristo

11 Amados hermanos, quiero que entiendan que el mensaje del evangelio que predico no se basa en un simple razonamiento humano. 12 No recibí mi mensaje de ninguna fuente humana ni nadie me lo enseñó. En cambio, lo recibí por revelación directa de Jesucristo.

13 Ustedes saben cómo me comportaba cuando pertenecía a la religión judía y cómo perseguí con violencia a la iglesia de Dios. Hice todo lo posible por destruirla. 14 Yo superaba ampliamente a mis compatriotas judíos en mi celo por las tradiciones de mis antepasados.

15 Pero aun antes de que yo naciera, Dios me eligió y me llamó por su gracia maravillosa. Luego le agradó 16 revelarme a su Hijo para que yo proclamara a los gentiles la Buena Noticia acerca de Jesús.

Cuando esto sucedió, no me apresuré a consultar con ningún ser humano. 17 Tampoco subí a Jerusalén para pedir consejo de los que eran apóstoles antes que yo. En cambio, me fui a la región de Arabia y después regresé a la ciudad de Damasco.

18 Luego, tres años más tarde, fui a Jerusalén para conocer a Pedro y me quedé quince días con él. 19 El único otro apóstol que conocí en esos días fue Santiago, el hermano del Señor. 20 Declaro delante de Dios que no es mentira lo que les escribo.

21 Después de esa visita, me dirigí al norte, a las provincias de Siria y Cilicia. 22 Y aun así, las iglesias en Cristo que están en Judea todavía no me conocían personalmente. 23 Todo lo que sabían de mí era lo que la gente decía: «¡El que antes nos perseguía ahora predica la misma fe que trataba de destruir!». 24 Y alababan a Dios por causa de mí.

Textos bíblicos tomados de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente® (NTV). Copyright © 1996, 2006, 2010, 2015 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers Inc. Todos los derechos reservados.

El evangelio predicado por Pablo

11 Pues quiero que sepan, hermanos, que el evangelio que fue anunciado por mí no es según el hombre. 12 Pues ni lo recibí de hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por medio de una revelación de Jesucristo. 13 Porque ustedes han oído acerca de mi antigua manera de vivir en el judaísmo, de cuán desmedidamente perseguía yo a la iglesia de Dios y trataba de destruirla. 14 Yo aventajaba en el judaísmo a muchos de mis compatriotas contemporáneos, mostrando mucho más celo por las tradiciones de mis antepasados.

15 Pero cuando Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por Su gracia, tuvo a bien 16 revelar a Su Hijo en mí para que yo lo anunciara entre los gentiles, no consulté enseguida con carne y sangre, 17 ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui a Arabia, y regresé otra vez a Damasco.

Visita de Pablo a Jerusalén

18 Entonces, tres años después, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y estuve con él quince días. 19 Pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo, el hermano del Señor. 20 En lo que les escribo, les aseguro delante de Dios que no miento.

21 Después fui a las regiones de Siria y Cilicia. 22 Pero todavía no era conocido en persona en las iglesias de Judea que eran en Cristo. 23 Ellos solo oían decir: «El que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en un tiempo quería destruir». 24 Y glorificaban a Dios por causa de mí.

Textos bíblicos tomados de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.NuevaBiblia.com

El ministerio de Pablo

11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; 12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. 13 Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; 14 y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. 15 Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, 16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre, 17 ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.

18 Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días; 19 pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor. 20 En esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento. 21 Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia, 22 y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo; 23 solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. 24 Y glorificaban a Dios en mí.

Textos bíblicos tomados de la Reina-Valera 1960 (RVR1960). Copyright © 1960 por la Sociedad Bíblica Americana. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.

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🎯 Objetivo pedagógico

Descubrir cómo Dios puede transformar cualquier historia, usando incluso nuestros errores y debilidades para mostrar su gracia y poder; aprender a ver y compartir nuestra vida como un testimonio del evangelio.

📂 Introducción reflexiva

¿Te has preguntado alguna vez si tu pasado descalifica tu futuro con Dios? Pablo fue alguien que persiguió a la iglesia, pero después de encontrarse con Cristo, su vida fue transformada radicalmente. A menudo creemos que nuestras fallas o nuestra historia nos marcan para siempre, pero en las manos de Dios, hasta el pasado más difícil puede convertirse en un mensaje de esperanza. Tu historia, con todo lo que eres y has vivido, puede ser el mejor testimonio de la gracia y el poder de Jesús.

💬 Preguntas de conexión personal
  • ¿Hay algo en tu pasado que te dé vergüenza compartir, incluso con Dios?
  • ¿Alguna vez has sentido que no eres “digno” de servir o compartir tu fe por lo que fuiste antes?
  • ¿En qué momentos has visto a Dios dándote nuevas oportunidades, a pesar de tus errores?
🔎 Exploración profunda del texto
  1. Pablo declara que su mensaje “no es invención humana” sino revelación directa de Jesucristo (v.11–12). ¿Por qué es tan importante para Pablo recalcar que el evangelio viene de Dios, no de personas? ¿Cómo cambia tu confianza en el evangelio cuando recuerdas que su origen es divino y no humano?
  2. Pablo relata su vida anterior: perseguía y destruía la iglesia (v.13–14). ¿Qué impacto tiene para ti saber que Dios puede transformar incluso a quienes más se han opuesto a Él? ¿Te animas a identificar un área de tu vida pasada donde Dios ya ha comenzado a transformar tu historia?
  3. “Pero Dios, que me apartó desde antes de nacer… me llamó por su gracia” (v.15). ¿Cómo te habla la expresión “me llamó por su gracia”? ¿Qué diferencia hace en tu identidad saber que eres llamado por gracia, no por méritos?
  4. Pablo pasa tiempo a solas con Dios antes de ser reconocido por los apóstoles (v.16–19). ¿Por qué crees que Pablo necesitó este tiempo apartado antes de iniciar su ministerio público? ¿En qué momentos de tu vida has necesitado detenerte para escuchar y dejar que Dios trabaje en ti antes de actuar?
  5. Al final, quienes conocían el pasado de Pablo glorificaban a Dios por su transformación (v.23–24). ¿Cómo puede tu propia historia, aun con debilidades y errores, inspirar a otros a confiar en Dios? ¿Qué te animarías a compartir de tu testimonio si supieras que Dios puede usarlo para animar a alguien más?

Reflexión teológica
Dios es experto en tomar historias rotas y transformarlas en testimonios de su amor y poder. Nadie está fuera de su alcance; ni nuestro pasado, ni nuestros errores, pueden impedir que su gracia nos alcance y nos use. Cuando compartimos honestamente lo que Dios ha hecho en nosotros, el evangelio se hace real y accesible para otros.

👣 Transformación
  1. Reflexiona sobre un área de tu pasado que antes escondías, y ora entregándola a Dios como parte de tu testimonio en formación.
  2. Escribe en un párrafo breve cómo la gracia de Dios ha transformado algún aspecto de tu vida. Si te animas, compártelo con alguien cercano esta semana.
  3. Agradece a Dios cada día por haberte llamado por gracia y pídele oportunidades para reflejar esa transformación a tu alrededor.
🙏 Oración sugerida

Señor, gracias porque en tu gracia nada de mi historia se desperdicia. Ayúdame a creer que puedes transformar mi pasado y usarlo para tu gloria. Dame humildad para compartir tu obra en mí y valentía para vivir como testimonio vivo de tu amor. Amén.

🛠️ Recursos Extra para Facilitadores

  • Versículo para memorizar: Gálatas 1:15
  • Dinámica grupal: Cada persona escribe (sin nombre) en un papel un aspecto de su vida pasada del que se siente rescatado; se mezclan y se leen para celebrar juntos la transformación que Dios puede hacer.
  • Aplicación familiar: Compartan en familia una “foto” o recuerdo de tiempos pasados y conversen sobre cómo Dios ha obrado en cada uno, agradeciendo juntos en oración.
  • Advertencia pastoral: Hablar del pasado puede remover emociones dolorosas; mantén el ambiente de gracia y confidencialidad, sin presión de compartir más de lo que cada uno desee.
¿Te ayudó este estudio? ¡Comparte la Palabra de Dios!

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