Filipenses 1:1–11

Valorar la importancia de orar con gratitud y confianza en la obra de Dios, para fortalecer la fe personal y la unidad con otros creyentes.

¿Te ha pasado que al pensar en alguien tu corazón sonríe antes de abrir la boca? Eso es lo que ocurre cuando la gratitud guía nuestros recuerdos y oraciones. Pablo comienza su carta a los filipenses agradeciendo a Dios por ellos, recordando su fe y orando con gozo por su crecimiento. No se centra en lo que falta ni en los problemas, sino en lo que Dios ya está haciendo y en la certeza de que Él terminará su obra. La pregunta es: ¿cómo cambia tu corazón cuando oras con gratitud por otros?

• ¿Quién es una persona que, al recordarla, te llena de gratitud?
• ¿Qué efecto tiene en ti orar agradeciendo en vez de solo pedir?
• ¿Cómo reaccionas cuando alguien ora por ti y te lo hace saber?

1. 1:1–2 — Saludo de Pablo y Timoteo. ¿Cómo se presentan los autores y cómo llama Pablo a los creyentes de Filipos? ¿Qué significa ser “santos en Cristo Jesús”? ¿Qué cambia en tu identidad recordar que tu vida está marcada por la gracia y la paz de Dios?
2. 1:3–5 — Oración con gratitud. ¿Qué expresa Pablo al pensar en los filipenses? ¿Por qué se alegra al recordar su participación en el evangelio? ¿A quién podrías agradecer hoy por su apoyo o compañía en tu fe?
3. 1:6 — Confianza en la obra de Dios. ¿Qué seguridad expresa Pablo sobre el inicio y final de la obra de Dios en ellos? ¿Qué significa que Dios “perfeccionará” lo que comenzó? ¿Cómo cambia tu manera de verte a ti mismo recordar que Dios sigue obrando en ti?
4. 1:7–8 — Amor entrañable. ¿Qué tono afectuoso usa Pablo para hablar de ellos? ¿Qué enseña esto sobre la profundidad de las relaciones cristianas? ¿Cómo podrías expresar mejor tu amor en Cristo a alguien de tu comunidad?
5. 1:9–11 — Oración por madurez. ¿Qué pide Pablo que abunde en ellos? ¿Por qué conecta esto con una vida justa que da gloria a Dios? ¿Qué aspecto de tu carácter necesita crecer en amor con sabiduría práctica?

Reflexión teológica
La oración cristiana no es solo pedir, sino agradecer y confiar. Pablo nos enseña que la gratitud abre el corazón, fortalece los lazos comunitarios y nos recuerda que la obra es de Dios, no nuestra. Orar por otros nos une en amor, y orar con gratitud nos llena de gozo. La vida cristiana madura cuando crecemos en un amor informado por el conocimiento de Dios, para dar fruto que refleje su gloria.

1. Esta semana, ora cada día agradeciendo por una persona de tu comunidad o familia. Luego, si puedes, envíale un mensaje contándole que diste gracias por ella.
2. Escribe una lista de 3 obras que Dios ha comenzado en ti y ora confiando en que Él las llevará a término.
3. Haz una oración breve pidiendo crecer en amor sabio y práctico, no solo emocional.

Señor, gracias por las personas que has puesto en mi vida. Gracias porque tu obra comenzó en mí y no se detendrá. Enséñame a orar con gratitud, a amar con sabiduría y a confiar en que tú perfeccionarás todo lo que iniciaste. Amén.