Descubre. Reflexiona. Aplica. Crece.
📖 1 Corintios 3:1-9
Pablo y Apolos, siervos de Cristo
3 Amados hermanos, cuando estuve con ustedes, no pude hablarles como lo haría con personas espirituales. Tuve que hablarles como si pertenecieran a este mundo o como si fueran niños en Cristo. 2 Tuve que alimentarlos con leche, no con alimento sólido, porque no estaban preparados para algo más sustancioso. Y aún no están preparados, 3 porque todavía están bajo el control de su naturaleza pecaminosa. Tienen celos unos de otros y se pelean entre sí. ¿Acaso eso no demuestra que los controla su naturaleza pecaminosa? ¿No viven como la gente del mundo? 4 Cuando uno de ustedes dice: «Yo soy seguidor de Pablo» y otro dice: «Yo sigo a Apolos», ¿no actúan igual que la gente del mundo?
5 Después de todo, ¿quién es Apolos?, ¿quién es Pablo? Nosotros solo somos siervos de Dios mediante los cuales ustedes creyeron la Buena Noticia. Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor nos encargó. 6 Yo planté la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer. 7 No importa quién planta o quién riega; lo importante es que Dios hace crecer la semilla. 8 El que planta y el que riega trabajan en conjunto con el mismo propósito. Y cada uno será recompensado por su propio arduo trabajo. 9 Pues ambos somos trabajadores de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios.
Textos bíblicos tomados de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente® (NTV). Copyright © 1996, 2006, 2010, 2015 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers Inc. Todos los derechos reservados.
Divisiones de la iglesia de Corinto
3 Así que yo, hermanos, no pude hablarles como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Les di a beber leche, no alimento sólido, porque todavía no podían recibirlo. En verdad, ni aun ahora pueden, 3 porque todavía son carnales. Pues habiendo celos y discusiones entre ustedes, ¿no son carnales y andan como hombres del mundo? 4 Porque cuando uno dice: «Yo soy de Pablo», y otro: «Yo soy de Apolos», ¿no son como hombres del mundo? 5 ¿Qué es, pues, Apolos? ¿Y qué es Pablo? Servidores mediante los cuales ustedes han creído, según el Señor dio oportunidad a cada uno. 6 Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. 7 Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Ahora bien, el que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su propia recompensa conforme a su propio trabajo. 9 Porque nosotros somos colaboradores en la labor de Dios, y ustedes son el campo de cultivo de Dios, el edificio de Dios.
Textos bíblicos tomados de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.NuevaBiblia.com
Colaboradores de Dios
3 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
Textos bíblicos tomados de la Reina-Valera 1960 (RVR1960). Copyright © 1960 por la Sociedad Bíblica Americana. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
❤️ Estudio Bíblico Guiado
🎯 Objetivo pedagógico
Ayudar a identificar señales de inmadurez espiritual y animarnos a buscar un crecimiento constante, reconociendo que todos estamos llamados a avanzar, no a quedarnos estancados en la fe.
📂 Introducción reflexiva
En la vida, todos comenzamos como niños y poco a poco vamos creciendo, aprendiendo y asumiendo nuevas responsabilidades. Lo mismo sucede en la fe: Dios nos invita a crecer, a dejar atrás actitudes infantiles y a avanzar hacia la madurez. Pero a veces, sin darnos cuenta, nos estancamos: repetimos viejas actitudes, nos comparamos o nos distraemos de lo esencial. Pablo enfrenta con amor y firmeza este problema en la iglesia de Corinto, llamando a cada creyente a revisar si está realmente avanzando o solo “parece” estar bien. Imagina lo que Dios podría hacer en ti y a través de ti, si abrazaras cada día el proceso de crecimiento espiritual.
💬 Preguntas de conexión personal
- ¿En qué áreas de tu vida espiritual notas más avances? ¿Y en cuáles te sientes estancado?
- ¿Cómo reaccionas cuando otros te corrigen o te invitan a madurar?
- ¿Qué hábitos o actitudes te ayudan a crecer, y cuáles te frenan?
🔎 Exploración profunda del texto
- “No pude hablarles como a espirituales, sino como a niños en Cristo…” (v.1) ¿Por qué Pablo usa la imagen de niños para hablar de la inmadurez espiritual? ¿Cómo puedes distinguir entre una fe infantil y una fe madura en tu vida?
- “Les di leche, no alimento sólido, porque aún no podían soportarlo.” (v.2) ¿Qué implica pasar de la “leche” al “alimento sólido” en la vida cristiana? ¿Hay alguna verdad o práctica espiritual que sabes que necesitas incorporar para avanzar?
- “Todavía son inmaduros, porque hay celos y contiendas entre ustedes…” (v.3) ¿Por qué las actitudes como los celos y las divisiones son signos de inmadurez? ¿En qué relaciones o situaciones necesitas crecer en amor y humildad?
- “¿No están actuando según criterios meramente humanos?” (v.4) ¿Qué diferencia a una vida guiada por el Espíritu de una vida guiada por criterios humanos? ¿En qué áreas necesitas dejar de actuar “como todos” y empezar a vivir “como Cristo”?
- “Ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento.” (v.7) ¿Qué significa depender de Dios para crecer espiritualmente y para ayudar a otros? ¿Cómo puedes colaborar hoy con Dios en tu propio crecimiento y en el de quienes te rodean?
Reflexión teológica
El crecimiento espiritual es un proceso continuo que requiere humildad, apertura al cambio y dependencia de Dios. Nadie madura solo ni de un día para otro. Pablo nos recuerda que las divisiones, envidias y estancamientos revelan una fe superficial. Sólo el Espíritu Santo puede producir frutos de madurez verdadera, y nuestra parte es abrirnos, perseverar y colaborar con su obra.
👣 Transformación
- Haz una lista de áreas donde te gustaría madurar. Elige una y busca un hábito o práctica concreta para crecer en ella durante esta semana.
- Pide retroalimentación a un amigo, mentor o líder sobre tu crecimiento espiritual y escucha con humildad.
- Ora cada día pidiendo a Dios hambre por su Palabra y disposición para crecer, incluso si eso implica dejar atrás actitudes cómodas o infantiles.
🙏 Oración sugerida
Señor, quiero crecer y madurar en mi fe. Muéstrame las áreas donde aún me comporto como un niño espiritual. Dame humildad para aceptar tu corrección y perseverancia para avanzar, sabiendo que sólo tú das el verdadero crecimiento. Hazme útil en tus manos para edificar también a otros. Amén.
🛠️ Recursos Extra para Facilitadores
- Versículo para memorizar: 1 Corintios 3:7
- Dinámica grupal: Escriban en hojas anónimas actitudes infantiles o inmaduras que a veces aparecen en el grupo (por ejemplo: envidia, orgullo, quejas). Léelas en voz alta, oren juntos y comprométanse a ayudarse unos a otros a crecer en esas áreas.
- Aplicación familiar: Cada miembro comparte algo nuevo que ha aprendido de Dios en la última semana y un área donde quiere madurar. Oren juntos por el crecimiento espiritual de la familia.
- Advertencia pastoral: Al hablar de inmadurez, evita el juicio o la vergüenza. Enfatiza que todos estamos en proceso y que el crecimiento es una señal de salud, no de perfección.