Pureza y disciplina en la comunidad (1 Corintios 5:1–8)

Comprender la importancia de la pureza y la disciplina en la vida de la comunidad cristiana, aprendiendo a cuidar la santidad no solo personal sino colectiva, para el bien y testimonio de la iglesia.

Muchas veces escuchamos que “nadie es perfecto” y que la gracia cubre todos los pecados. Si bien esto es verdad, Pablo nos recuerda que la iglesia está llamada a ser un reflejo de la santidad de Dios en medio de un mundo quebrantado. Cuando toleramos actitudes, hábitos o pecados graves y abiertos sin arrepentimiento, el daño no es solo personal, sino también comunitario. La disciplina en la iglesia no es para condenar, sino para restaurar y proteger el testimonio y la salud de la familia espiritual. Imagina cómo cambiaría tu comunidad si todos cuidaran la pureza con amor, verdad y humildad.

• ¿Por qué crees que es difícil confrontar el pecado en la iglesia o en grupos cristianos?
• ¿Has visto alguna vez cómo una actitud dañina no tratada terminó afectando a toda una comunidad?
• ¿Cómo puedes recibir o dar corrección de una manera que refleje el amor y la verdad de Cristo?

1. “Se oye que hay entre ustedes inmoralidad… y ustedes están envanecidos.” (v.1–2) ¿Por qué es peligroso ignorar o justificar el pecado en la iglesia? ¿Hay alguna área de tu vida o comunidad que necesita ser revisada con honestidad?
2. “No debieran más bien haberse lamentado, para que fuera quitado de en medio de ustedes el que cometió tal acción?” (v.2) ¿Qué actitud pide Pablo frente al pecado abierto? ¿Cómo puedes desarrollar sensibilidad y humildad para lamentar el pecado, en vez de justificarlo?
3. “Entreguen a ese hombre a Satanás, para destrucción de la carne…” (v.5) ¿Por qué la disciplina puede ser un acto de amor y restauración, y no solo de castigo? ¿Cómo has visto la disciplina traer fruto o restauración en alguna situación?
4. “Un poco de levadura leuda toda la masa.” (v.6) ¿Qué significa que el pecado no tratado afecta a toda la comunidad? ¿Cómo puedes ser parte de una cultura de honestidad y pureza en tu grupo o iglesia?
5. “Así que celebremos la fiesta… con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.” (v.8) ¿Por qué la sinceridad y la verdad son esenciales para una vida y comunidad santa? ¿Qué cambio podrías hacer hoy para caminar con más autenticidad y pureza?

Reflexión teológica
La santidad es tanto una posición que recibimos en Cristo como un llamado a vivir cada día. La disciplina en la iglesia, bien aplicada, busca restaurar, proteger y edificar. Ignorar el pecado abierto y no arrepentido debilita el testimonio, daña a otros y nos aleja del propósito de Dios. La pureza no es perfeccionismo, sino sinceridad, verdad y humildad, bajo la gracia.

1. Examina tu corazón y tus relaciones; si detectas algo que pueda afectar la pureza de tu vida o comunidad, habla con Dios y, si es necesario, busca consejo o restauración.
2. Si ves un pecado grave y persistente en un hermano, ora y busca la guía del Espíritu para acercarte con humildad y verdad, buscando siempre restaurar, no condenar.
3. Promueve espacios seguros en tu grupo para confesar luchas y orar unos por otros, desarrollando una cultura de sinceridad y gracia.

Señor, gracias porque nos llamas a vivir en pureza y verdad. Ayúdame a rechazar toda indiferencia frente al pecado, y a ser valiente y amoroso para buscar siempre la restauración, no el juicio. Haz de mi vida y de mi comunidad un reflejo de tu santidad y tu gracia. Amén.