Como un niño para entrar al Reino (Marcos 10:13–16)

Reconocer que la actitud correcta para acercarse a Dios es la humildad, la confianza y la sencillez de un corazón infantil.

En un mundo que valora la autosuficiencia, Jesús nos recuerda que en el Reino de Dios no entran los que creen que lo merecen, sino quienes se acercan con la fe y la dependencia de un niño. Para recibirlo, debemos dejar de lado nuestro orgullo y abrazar su gracia con sencillez.

• ¿Qué significa para ti “recibir el Reino de Dios como un niño”?
• ¿Qué barreras de orgullo o autosuficiencia podrían impedirte depender de Dios?
• ¿Cuándo fue la última vez que confiaste en Él sin reservas?

1. La gente trae niños a Jesús (v.13). ¿Por qué crees que los discípulos reprendían a quienes los llevaban? ¿Qué revela esta actitud sobre sus prioridades? ¿Cómo podemos evitar menospreciar a personas que parecen “pequeñas” o “insignificantes” en la fe?
2. La reacción de Jesús (v.14). ¿Por qué Jesús se indigna ante esta actitud? ¿Qué enseña sobre el valor de los niños en el Reino? ¿Cómo aplicar esto en la iglesia y en la familia?
3. La condición para entrar en el Reino (v.15). ¿Qué caracteriza la fe de un niño que agrada a Dios? ¿Qué significa “recibir” el Reino y no “ganarlo”? ¿Cómo cultivar esa sencillez en nuestra vida espiritual?
4. Jesús bendice a los niños (v.16). ¿Qué nos enseña su gesto de abrazar y bendecir? ¿Por qué el contacto y la cercanía son parte del ministerio? ¿Cómo podemos bendecir activamente a otros en nuestro día a día?

Reflexión teológica
El Reino de Dios no se basa en méritos humanos, sino en la gracia que se recibe con humildad. Jesús abraza a quienes se acercan con un corazón sencillo, y nos llama a imitar esa disposición para vivir bajo su señorío.

1. Dedica tiempo a orar con un niño o compartirle una historia bíblica de forma sencilla.
2. Pide a Dios un corazón humilde y confiado como el de los niños para acercarte a Él.
3. Elimina una actitud de autosuficiencia que te impida depender de Dios.

Señor, dame un corazón sencillo y confiado como el de un niño. Ayúdame a recibir tu Reino con humildad y a vivir en dependencia total de ti. Amén.