Familia y trabajo en Cristo (Efesios 6:1-9)

Entender que la vida cristiana abarca la familia y el trabajo, para vivir relaciones de obediencia, respeto, justicia y servicio bajo la autoridad de Cristo.

Quizá has oído la frase: “En la casa y en el trabajo se ve cómo es realmente una persona”. Pablo pensaba parecido: la fe no se limita a la iglesia o a la oración, sino que transforma la vida diaria, especialmente en los lugares donde más convivimos: la familia y el trabajo. Hijos, padres, empleados, jefes… todos estamos llamados a vivir como para Cristo. La pregunta es: ¿cómo se vería tu hogar y tu lugar de trabajo si cada uno actuara como si Jesús estuviera presente en todo?

• ¿Qué recuerdas de las reglas o enseñanzas que más marcaron tu infancia en casa?
• ¿Qué experiencias has tenido en tu trabajo o estudios donde un trato justo o injusto hizo toda la diferencia?
• ¿Qué significa para ti hacer algo “como para el Señor”?

1. 6:1–3 — Hijos obedientes. ¿Qué instrucción da Pablo a los hijos? ¿Por qué añade la promesa del mandamiento? ¿Cómo puedes honrar hoy a tus padres, aunque seas adulto?
2. 6:4 — Padres que instruyen en el Señor. ¿Qué advertencia hace Pablo a los padres? ¿Qué diferencia hay entre criar con enojo y criar en la instrucción del Señor? ¿Qué gestos concretos pueden fortalecer la relación entre padres e hijos?
3. 6:5–7 — Empleados que sirven a Cristo. ¿Qué pide Pablo a los siervos en su contexto? ¿Cómo se aplica hoy a la relación laboral o de estudios? ¿Cómo cambiaría tu actitud si vieras tu trabajo como servicio a Cristo?
4. 6:8 — El Señor recompensa. ¿Qué promesa da Pablo a quienes hacen el bien? ¿Cómo cambia tu motivación al recordar que tu recompensa final viene de Dios y no de las personas? ¿Qué acción harías distinto si tuvieras presente esto?
5. 6:9 — Jefes responsables. ¿Qué pide Pablo a los amos? ¿Cómo se aplica hoy a quienes tienen autoridad (jefes, líderes, maestros)? ¿Qué impacto tendría si los líderes ejercieran su autoridad con justicia y sin amenazas?

Reflexión teológica
La fe no se queda en lo espiritual, sino que transforma lo cotidiano: el hogar y el trabajo. Pablo muestra que Cristo es Señor de todas las relaciones humanas, y que obediencia, respeto, servicio y justicia son expresiones de nuestra fe. Al final, tanto hijos como padres, empleados como empleadores, estamos bajo la misma autoridad de Cristo, quien nos llama a servirnos mutuamente con amor.

1. Si eres hijo/a: haz un gesto concreto de honra hacia tus padres (un agradecimiento, una llamada, un acto de ayuda).
2. Si eres padre/madre: dedica un momento especial de enseñanza o ánimo en la fe a tus hijos.
3. En tu trabajo o estudio: realiza una tarea difícil con excelencia y buena actitud, como si la presentaras directamente a Cristo.

Señor, gracias porque tu señorío abarca cada aspecto de mi vida. Ayúdame a honrar en mi familia, a servir con integridad en mi trabajo, y a recordar que todo lo hago como para ti. Amén.