Hebreos 1:1–14

Reconocer la supremacía de Cristo sobre profetas y ángeles, para afirmar nuestra fe en Él como revelación perfecta de Dios y vivir con confianza, obediencia y esperanza.

¿Te ha pasado que alguien te dio un mensaje tan importante que no quisiste que hubiera confusión? Quizá una carta escrita con tu puño y letra, o una llamada directa en lugar de un recado. Cuando algo es vital, lo dices claro y personal. Dios también lo hizo así: habló antes por medio de los profetas, pero finalmente habló de la manera más directa y definitiva… en la persona de su Hijo. La carta a los Hebreos comienza mostrándonos que Jesús no es un mensajero más, sino el mensaje mismo, el Hijo eterno, superior a todo. La pregunta es: ¿qué cambia en tu vida el saber que el Hijo de Dios es quien te habla?

• ¿Cómo reaccionas cuando recibes un mensaje que cambia todo (un diagnóstico, una propuesta, una noticia inesperada)?
• ¿A qué voces das más peso en tu vida diaria: la de las redes, tus emociones, otras personas… o la de Dios?
• ¿Qué esperas escuchar de Dios en este tiempo de tu vida?

1. 1:1–2 — Dios habló por su Hijo. ¿Qué contraste establece el pasaje entre cómo hablaba Dios antes y cómo lo hace ahora? ¿Por qué es significativo que ahora sea “por el Hijo”? ¿Qué implica para ti confiar en que Dios ya ha hablado en Jesús?
2. 1:3 — El Hijo refleja a Dios. ¿Qué expresiones usa el versículo para describir la gloria y naturaleza del Hijo? ¿Cómo muestra esto que Jesús no es solo un profeta? ¿Cómo cambia tu forma de ver a Jesús en la oración y adoración?
3. 1:4–6 — Superior a los ángeles. ¿Qué comparación hace el autor con los ángeles? ¿Qué revela sobre la identidad única de Jesús? ¿Qué voces o “autoridades” modernas tienden a competir en tu vida con la voz de Jesús?
4. 1:7–9 — El trono del Hijo. ¿Cómo presenta el texto al Hijo como Rey eterno y justo? ¿Qué diferencia hay entre un reino humano y el reino del Hijo? ¿Qué aspecto de tu vida necesita ser alineado hoy con su justicia?
5. 1:10–12 — El Hijo eterno. ¿Cómo contrasta el pasaje entre lo creado (cielos, tierra) y el Hijo? ¿Qué enseña esto sobre su eternidad? ¿De qué manera te da seguridad saber que Cristo no cambia, aunque todo a tu alrededor cambie?
6. 1:13–14 — El Hijo entronizado. ¿Qué imagen poderosa se da del Hijo en relación a sus enemigos? ¿Cómo describe la misión de los ángeles en contraste con la del Hijo? ¿Qué significa para ti confiar en un Salvador que reina por encima de todo poder?

Reflexión teológica
Hebreos abre con una declaración grandiosa: Dios ya habló de manera definitiva en su Hijo. Cristo no solo transmite un mensaje divino, Él mismo es la Palabra viva, reflejo exacto de Dios y sostén de toda la creación. Ningún profeta, ángel o autoridad se compara con Él. Su trono es eterno, su justicia perfecta y su poder inmutable. Esta verdad nos da una fe sólida: Jesús es digno de nuestra total confianza, adoración y obediencia.

1. Haz un alto en tu semana para escuchar a Jesús leyendo Hebreos 1 en voz alta. Pregunta: “Señor, ¿qué me dices Tú hoy?”.
2. Elige una situación concreta donde suelas escuchar más tu miedo o las voces externas. Decide conscientemente escuchar la voz de Cristo en su lugar.
3. Dedica un momento de adoración personal: reconoce en oración que Jesús es tu Rey eterno y exprésale tu confianza en medio de tus cambios o inseguridades.

Señor Jesús, Tú eres la voz definitiva de Dios y el Rey eterno. Gracias porque en ti vemos al Padre y encontramos seguridad. Enséñame a escuchar tu voz por encima de todas las demás, a confiar en tu poder y a vivir bajo tu reino. Amén.