Lucas 4:1–13

Aprender del ejemplo de Jesús al enfrentar la tentación, para responder con confianza en la Palabra de Dios y obediencia al Espíritu Santo en medio de nuestras luchas.

¿Has sentido la presión de una tentación que parecía demasiado fuerte? A veces pensamos que solo nosotros vivimos esas luchas, pero la realidad es que todos enfrentamos pruebas y decisiones difíciles. Jesús mismo fue tentado en el desierto, y su victoria muestra que hay un camino para resistir: aferrarse a la Palabra y obedecer a Dios. La pregunta es: ¿cómo puedes resistir la tentación siguiendo el ejemplo de Jesús?

• ¿Qué entiendes por “tentación”? ¿Qué ejemplos concretos ves en la vida diaria?
• ¿Qué emociones sientes cuando enfrentas una tentación fuerte?
• ¿Cómo respondes normalmente en esos momentos: con tus fuerzas, con excusas, o buscando a Dios?

1. 4:1–2 — Lleno del Espíritu. ¿Qué subraya Lucas sobre Jesús antes de la tentación? ¿Qué nos enseña esto sobre la necesidad del Espíritu en nuestras luchas? ¿Qué significa para ti ser guiado por el Espíritu en tu vida cotidiana?
2. 4:3–4 — La primera tentación (pan). ¿Qué le propone el diablo a Jesús y por qué es una tentación de autosuficiencia? ¿Qué significa responder que “no solo de pan vivirá el hombre”? ¿Cómo puedes depender más de Dios que de tus propios recursos?
3. 4:5–8 — La segunda tentación (poder). ¿Qué ofrece el diablo y qué pide a cambio? ¿Qué enseña la respuesta de Jesús sobre la adoración? ¿Qué cosas del mundo pueden tentar tu corazón a desplazar a Dios?
4. 4:9–12 — La tercera tentación (probar a Dios). ¿Cómo usa el diablo la Escritura para tentar a Jesús? ¿Qué nos enseña esto sobre el peligro de manipular la Palabra? ¿Cómo puedes aprender a discernir y usar bien la Biblia en tu vida?
5. 4:13 — El diablo se aparta. ¿Qué significa que lo dejó “por un tiempo”? ¿Qué nos enseña esto sobre la persistencia de las tentaciones en la vida? ¿Cómo puedes estar preparado para resistir de manera constante?

Reflexión teológica
El relato de la tentación muestra a Jesús como el Hijo obediente que vence donde Adán y el pueblo de Israel fracasaron. Su victoria no fue con poder sobrenatural, sino con la Palabra de Dios y la obediencia al Padre. Esto nos enseña que la Escritura no es solo información, sino arma viva para resistir el engaño del enemigo. El Espíritu Santo nos capacita en nuestras luchas, y la fidelidad de Jesús asegura que Él puede ayudarnos cuando somos tentados. En Cristo, no estamos solos: tenemos un Salvador que venció por nosotros y camina con nosotros en nuestras pruebas.

1. Elige un versículo bíblico que hable sobre una tentación que enfrentas y memorízalo para responder cuando venga la presión.
2. Identifica una “pequeña tentación” cotidiana (ej. impaciencia, comparación, egoísmo) y pídele al Espíritu que te ayude a resistirla conscientemente.
3. Dedica un tiempo breve cada día para orar: “Señor, lléname de tu Espíritu y fortalece mi corazón en tu Palabra”.

Señor, gracias porque Jesús venció la tentación y me muestra el camino de la obediencia. Enséñame a depender de tu Espíritu y de tu Palabra en mis luchas diarias. Ayúdame a reconocer mis debilidades y a buscar tu fortaleza para vivir en fidelidad. Amén.