Recibe y cree: Vive como hijo de Dios (Juan 1:6–14)

¿Has dado el paso de creer en Jesús, y cómo cambia eso tu identidad y tus días?

📖 Juan 1:6-14

Dios envió a un hombre llamado Juan el Bautista para que contara acerca de la luz, a fin de que todos creyeran por su testimonio. Juan no era la luz; era solo un testigo para hablar de la luz. Aquel que es la luz verdadera, quien da luz a todos, venía al mundo.

10 Vino al mismo mundo que él había creado, pero el mundo no lo reconoció. 11 Vino a los de su propio pueblo, y hasta ellos lo rechazaron; 12 pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. 13 Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios.

14 Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre.

Textos bíblicos tomados de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente® (NTV). Copyright © 1996, 2006, 2010, 2015 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers Inc. Todos los derechos reservados.

Vino al mundo un hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan. Este vino como testigo para testificar de la Luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. No era él la Luz, sino que vino para dar testimonio de la Luz.

Existía la Luz verdadera que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre.

10 Él estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de Él, y el mundo no lo conoció. 11 A lo Suyo vino, y los Suyos no lo recibieron. 12 Pero a todos los que lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre, 13 que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.

El Verbo se hace carne

14 El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. 

Textos bíblicos tomados de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.NuevaBiblia.com

Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 

Textos bíblicos tomados de la Reina-Valera 1960 (RVR1960). Copyright © 1960 por la Sociedad Bíblica Americana. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.

❤️ Estudio Bíblico Guiado

🎯 Objetivo pedagógico

Reconocer que creer en Jesús y recibirlo de corazón es el paso clave que nos convierte, por pura gracia, en hijos de Dios. Entender que nuestra identidad ya no depende de logros o fracasos, sino de la obra de Cristo, y descubrir cómo esto transforma cada área de la vida.

📂 Introducción reflexiva

Hay momentos que marcan un antes y un después en la vida: el día que naces, una decisión importante, o una noticia que lo cambia todo. Pero, ¿has pensado en el momento más decisivo de todos? La Biblia dice que, al creer y recibir a Jesús, recibimos una nueva identidad: somos hechos hijos de Dios, no por tradición, ni por esfuerzo, ni por buena conducta, sino por gracia. Es un cambio de raíz, un nacimiento espiritual que afecta cómo nos vemos, cómo enfrentamos problemas y cómo vivimos cada día. ¿Cómo sería tu vida si vivieras desde la certeza de ser hijo o hija de Dios?

💬 Preguntas de conexión personal
  • ¿Recuerdas algún momento en tu vida que haya marcado un antes y un después? ¿Cómo cambió tu manera de verte o actuar?
  • ¿Qué sentimientos o ideas surgen en ti al pensar que, por creer en Jesús, puedes ser hecho hijo de Dios?
  • ¿Hay áreas de tu vida donde aún dudas de tu valor o identidad? ¿Por qué crees que te cuesta vivir como hijo/a amado/a?
🔎 Exploración profunda del texto
  1. Juan el Bautista fue enviado como testigo para que otros creyeran por su testimonio (v.6–8).
    ¿Qué importancia tiene el testimonio de otras personas en tu propio camino de fe? ¿Cómo puedes ser tú también un “testigo” hoy?
  2. Jesús es la “luz verdadera que alumbra a todos” (v.9). ¿Qué crees que significa que Jesús alumbra a todos? ¿En qué aspectos de tu vida has experimentado esa luz o aún la necesitas?
  3. Aunque Jesús vino al mundo, muchos no lo reconocieron ni lo recibieron (v.10–11). ¿Por qué crees que algunas personas rechazan el mensaje de Jesús, incluso hoy? ¿Hay algo que te haya impedido a ti mismo abrirte de verdad a Él?
  4. El versículo 12 es clave: “Pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. ¿Qué implica para ti “creer en su nombre”? ¿Cómo cambia tu perspectiva saber que ser hijo de Dios es un regalo que recibes por fe y no por méritos?
  5. El versículo 13 subraya que este nacimiento no es natural, sino obra de Dios. ¿Cómo te desafía esta verdad sobre el nuevo nacimiento? ¿Qué diferencia hace saber que tu identidad no depende de tu historia pasada ni de tu familia, sino de Dios mismo?
  6. “La Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros… lleno de amor inagotable y fidelidad” (v.14). ¿Qué significa para ti que Jesús se haya acercado tanto, compartiendo tu humanidad? ¿Cómo podrías vivir esta semana desde esa cercanía, confiando en su amor y fidelidad?

Reflexión teológica
La invitación de Dios no es solo a conocer de Jesús, sino a creer y recibirlo personalmente. Al hacerlo, no solo cambiamos de religión: recibimos una nueva familia y una identidad segura como hijos de Dios. Esta verdad no se basa en emociones, sino en la promesa y obra de Cristo. Desde ahí, la vida diaria cobra nuevo sentido, valor y dirección, porque todo lo que hacemos parte de quienes somos en Él.

👣 Transformación
  1. Haz memoria: Escribe cómo y cuándo diste el paso de creer en Jesús. Si aún no lo has hecho, hazlo hoy en oración, reconociendo a Jesús como Salvador y recibiendo el regalo de ser hijo/a de Dios.
  2. Vive tu identidad: Elige una situación esta semana (en familia, trabajo o amistad) donde normalmente actúas desde inseguridad, miedo o comparación. Recuerda y afirma en ese momento: “Soy hijo/a de Dios por fe, no por lo que hago”.
  3. Comparte la gracia: Cuenta a alguien cercano (hijo, amigo, pareja, compañero) lo que significa para ti ser hijo/a de Dios, e invítale a dar también ese paso de fe si no lo ha hecho.
🙏 Oración sugerida

Padre celestial, gracias porque por creer en Jesús me has hecho tu hijo/a, no por lo que hago, sino por tu gracia. Ayúdame a vivir cada día desde esa identidad y a compartir con otros el regalo de tu amor. Renueva mi corazón y mi manera de ver la vida con la luz de tu presencia. Amén.

🛠️ Recursos Extra para Facilitadores

  • Versículo para memorizar: Juan 1:12
  • Dinámica grupal: Invita a cada participante a escribir una frase que describa cómo se ve a sí mismo desde que cree en Jesús; compartan y oren agradeciendo a Dios por la nueva identidad.
¿Te ayudó este estudio? ¡Comparte la Palabra de Dios!

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