Descubre. Reflexiona. Aplica. Crece.
📖 Juan 1:43-51
43 Al día siguiente, Jesús decidió ir a Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: «Ven, sígueme». 44 Felipe era de Betsaida, el pueblo natal de Andrés y Pedro.
45 Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo:
—¡Hemos encontrado a aquel de quien Moisés y los profetas escribieron! Se llama Jesús, el hijo de José, de Nazaret.
46 —¡Nazaret!—exclamó Natanael—. ¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?
—Ven y compruébalo tú mismo—le respondió Felipe.
47 Mientras ellos se acercaban, Jesús dijo:
—Aquí viene un verdadero hijo de Israel, un hombre totalmente íntegro.
48 —¿Cómo es que me conoces?—le preguntó Natanael.
—Pude verte debajo de la higuera antes de que Felipe te encontrara—contestó Jesús.
49 Entonces Natanael exclamó:
—Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel!
50 Jesús le preguntó:
—¿Crees eso solo porque te dije que te había visto debajo de la higuera? Verás cosas más grandes que esta.
51 Y agregó: «Les digo la verdad, todos ustedes verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre, quien es la escalera entre el cielo y la tierra».
Textos bíblicos tomados de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente® (NTV). Copyright © 1996, 2006, 2010, 2015 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers Inc. Todos los derechos reservados.
Felipe y Natanael
43 Al día siguiente Jesús se propuso salir para Galilea, y encontró a Felipe, y le dijo: «Sígueme». 44 Felipe era de Betsaida, de la ciudad de Andrés y de Pedro. 45 Felipe encontró a Natanael y le dijo: «Hemos hallado a Aquel de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo de José». 46 Y Natanael le dijo: «¿Puede algo bueno salir de Nazaret?». «Ven, y ve», le dijo Felipe.
47 Jesús vio venir a Natanael y dijo de él: «Ahí tienen a un verdadero israelitaen quien no hay engaño». 48 Natanael le preguntó: «¿Cómo es que me conoces?». Jesús le respondió: «Antes de que Felipete llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». 49 «Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel», respondió Natanael.
50 Jesús le contestó: «¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás». 51 También le dijo: «En verdad les digo que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre».
Textos bíblicos tomados de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.NuevaBiblia.com
Jesús llama a Felipe y a Natanael
43 El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. 44 Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. 45 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. 46 Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve. 47 Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. 48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel. 50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás. 51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.
Textos bíblicos tomados de la Reina-Valera 1960 (RVR1960). Copyright © 1960 por la Sociedad Bíblica Americana. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
❤️ Estudio Bíblico Guiado
🎯 Objetivo pedagógico
Reconocer que Jesús nos llama personalmente, y que nuestra fe crece y se expande cuando invitamos a otros a conocerlo, aunque no tengamos todas las respuestas. Aprender a valorar el poder de una invitación sencilla y cómo Dios obra en las relaciones cotidianas.
📂 Introducción reflexiva
Las mejores cosas de la vida suelen compartirse: una buena noticia, un lugar especial, una experiencia transformadora. Así es la fe: cuando Jesús toca nuestro corazón, naturalmente queremos que otros también lo conozcan. No hace falta ser expertos ni tener todas las respuestas, solo estar dispuestos a decir: “Ven y ve”. Una invitación, incluso a quien duda, puede abrir puertas a encuentros con Dios que transforman vidas. ¿Te has animado a invitar a alguien a acercarse a Jesús, aunque solo sea con una pregunta o una conversación?
💬 Preguntas de conexión personal
- ¿Qué experiencia positiva has compartido recientemente con alguien, y cómo reaccionó?
- ¿Quién fue esa persona que te invitó, directa o indirectamente, a acercarte a Dios o a la iglesia por primera vez?
- ¿Qué emociones surgen en ti al pensar en invitar a alguien a descubrir la fe? ¿Qué te motiva o qué te detiene?
🔎 Exploración profunda del texto
- Jesús llama a Felipe con un simple “Sígueme” (v.43). ¿Qué impacto crees que tuvo en Felipe ser llamado así, personalmente, por Jesús? ¿Cómo recuerdas tu propio llamado o primer encuentro con la fe?
- Felipe busca a Natanael y le cuenta lo que ha encontrado (v.44–45). ¿Por qué crees que Felipe no quiso quedarse solo con la experiencia? ¿A quién podrías compartirle tú lo que Dios ha hecho en tu vida?
- Natanael duda: “¿Puede salir algo bueno de Nazaret?” (v.46). ¿Te identificas con Natanael cuando tienes dudas o prejuicios? ¿Qué aprendemos de Felipe, que simplemente responde: “Ven y ve”, en vez de entrar en debate?
- Jesús sorprende a Natanael revelando que lo conoce y ve su corazón (v.47–48). ¿Cómo te anima saber que Jesús conoce tus pensamientos, dudas y anhelos aún antes de que lo busques? ¿Qué crees que puede hacer Dios en el corazón de alguien que invitas, aunque venga con dudas?
- El encuentro termina con una declaración de fe de Natanael y una promesa de Jesús de cosas aún mayores (v.49–51). ¿Qué crees que puede suceder cuando otros aceptan la invitación y experimentan a Jesús personalmente? ¿Cómo te gustaría ser parte de lo que Dios puede hacer en la vida de otros?
Reflexión teológica
Jesús sigue llamando a personas por nombre y lo hace a través de relaciones sencillas. Felipe no tenía todas las respuestas, pero sí el deseo de compartir lo que había encontrado. Así funciona el discipulado: una cadena de invitaciones y encuentros personales donde Dios se encarga de revelar su verdad. Nuestra parte es ser puentes, no expertos, confiando en que Jesús conoce el corazón de cada persona y puede sorprender con su amor y poder.
👣 Transformación
- Ora y haz una lista: Esta semana, ora por dos personas de tu entorno (familia, amigos, trabajo) a quienes podrías invitar a conocer más de Jesús o a unirse a una actividad espiritual.
- Invita con sencillez: Da el paso y haz una invitación concreta: a una conversación, a leer juntos un pasaje, a la iglesia, o simplemente a orar. No busques convencer, solo invita.
- Comparte tu experiencia: Cuando surja la oportunidad, comparte tu propia historia de fe, enfocándote en lo que has encontrado en Jesús más que en tus logros o cambios.
🙏 Oración sugerida
Señor Jesús, gracias porque tu llamado es personal y tu amor es para todos. Dame la valentía y sencillez para invitar a otros a conocerte, confiando en que tú harás la obra en sus corazones. Usa mis relaciones y mi testimonio para acercar a otros a la esperanza y la vida que solo tú puedes dar. Amén.
🛠️ Recursos Extra para Facilitadores
- Versículo para memorizar: Juan 1:46b (“Ven y verás”)
- Dinámica grupal: Cada uno escribe en un papel el nombre de una persona a quien quiere invitar a descubrir la fe; oran en parejas o en grupo por esas personas.
- Aplicación familiar: En casa, conversar sobre cómo cada uno puede ser una “puerta” para que otros conozcan a Jesús, incluso a través de pequeños gestos o palabras.