Cuando el mensaje incomoda: Permanecer o irse (Juan 6:52–71)

Identificar cómo respondemos cuando el mensaje de Jesús nos desafía, incomoda o no se ajusta a nuestras expectativas, y animarnos a decidirnos por permanecer en Cristo, aunque seguirlo implique dificultad o pérdida de comodidad.

Hay momentos en los que el mensaje de Jesús resulta desafiante, incómodo, o incluso ofensivo para lo que estamos acostumbrados a pensar o vivir. No siempre es fácil aceptar todo lo que Jesús enseña. Muchos, al sentirse confrontados, prefieren alejarse antes que dejarse transformar. Sin embargo, hay un poder especial en quedarse, en reconocer que solo en Jesús hay vida, incluso cuando no entendemos todo. ¿Qué haces tú cuando la fe choca con tu comodidad o tus planes?

• ¿Has sentido alguna vez que lo que Dios te pide va en contra de lo que esperabas o deseabas?
• ¿Recuerdas un momento en que una enseñanza de Jesús te resultó difícil de aceptar o entender?
• ¿Qué suele ser más fuerte en tu vida: la búsqueda de comodidad o el deseo de permanecer cerca de Jesús?

1. Los judíos discuten entre sí porque Jesús habla de comer su carne y beber su sangre (v.52–56). ¿Por qué crees que estas palabras fueron tan ofensivas o difíciles para la multitud? ¿Hay enseñanzas de Jesús que te cuestan aceptar o que confrontan tus creencias y costumbres?
2. Jesús insiste: “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él…” (v.56–58). ¿Qué crees que significa permanecer en Jesús según este pasaje? ¿Qué relación encuentras entre “alimentarse de Jesús” y perseverar en la fe?
3. Muchos discípulos dicen: “¡Dura es esta palabra! ¿Quién puede aceptarla?” y deciden dejar de seguir a Jesús (v.60, 66). ¿Por qué piensas que la gente prefiere alejarse antes que dejarse desafiar o cambiar por Dios? ¿Qué riesgos o sacrificios temes enfrentar si sigues a Jesús de cerca?
4. Jesús pregunta a los Doce: “¿También ustedes quieren irse?” (v.67). ¿Cómo te interpela esta pregunta en tu propia vida espiritual? ¿Qué te motiva a quedarte o a perseverar en la fe cuando es difícil?
5. Pedro responde: “Señor, ¿a quién iremos? Solo tú tienes palabras de vida eterna…” (v.68–69). ¿Por qué es tan poderosa esta declaración de Pedro? ¿En qué áreas necesitas renovar tu compromiso de permanecer en Jesús, aunque cueste?

Reflexión teológica
El verdadero discipulado implica momentos de incomodidad, preguntas sin respuesta y desafíos a nuestra forma de pensar y vivir. Jesús nunca prometió que seguirlo sería fácil, pero sí aseguró que solo en Él hay palabras de vida eterna. La decisión de quedarnos con Jesús, aun cuando su mensaje nos confronte, revela una fe madura que busca verdad y vida más que simple comodidad. La permanencia es fruto de reconocer quién es Jesús, no de entenderlo todo o estar de acuerdo siempre.

1. Identifica una enseñanza difícil: Reflexiona y escribe una verdad bíblica o un llamado de Dios que te resulta incómodo. Ora pidiendo humildad para dejarte transformar.
2. Renueva tu compromiso: Repite en oración las palabras de Pedro: “Señor, ¿a quién iremos? Solo tú tienes palabras de vida eterna”, especialmente en los momentos de duda.
3. Busca apoyo: Habla con un creyente maduro sobre tus luchas con algún aspecto de la fe y pidan juntos fuerza para permanecer fieles a Jesús.

Señor Jesús, reconozco que a veces tu mensaje me incomoda o desafía mis planes y deseos. Ayúdame a no alejarme cuando no entiendo o cuando me cuesta obedecer. Dame fe para permanecer cerca de ti, porque solo tú tienes palabras de vida eterna. Enséñame a confiar y a seguirte, aun cuando me desafías o incomodas. Amén.