Apocalipsis 11:1–14

Reconocer el simbolismo de los dos testigos (caña de medir, lámparas, olivos, poder profético, resurrección) para comprender la misión y perseverancia del pueblo de Dios en medio de la oposición del mundo.

Dar testimonio no siempre es fácil. Puede que alguna vez hayas sentido temor de hablar de tu fe, de ser rechazado o de quedar en ridículo. Apocalipsis nos recuerda que el testimonio cristiano no es cómodo ni popular, pero es poderoso. Juan ve a dos testigos enviados por Dios: hablan con autoridad, enfrentan oposición, incluso sufren la muerte, pero finalmente son vindicados con vida y gloria. Esta visión no solo es sobre el futuro: es un espejo de lo que significa hoy ser testigo de Cristo. Mientras estudiamos, piensa: ¿cómo vives tu testimonio en un mundo que muchas veces no quiere escuchar?

• ¿Qué sentimientos tienes cuando piensas en compartir tu fe con alguien cercano?
• ¿Alguna vez callaste por temor a ser rechazado o malinterpretado?
• ¿Qué ejemplos de fidelidad cristiana conoces que te inspiran a perseverar?

1. 11:1–2 — La caña de medir el templo. ¿Qué instrucción recibe Juan al inicio de la visión? Medir el templo, el altar y a los adoradores, pero dejar fuera el atrio. El medir simboliza protección espiritual del pueblo de Dios, aunque el mundo los oprima. ¿Cómo te da seguridad saber que tu fe está bajo la protección de Dios, incluso en medio de la adversidad?
2. 11:3–6 — Los dos testigos. ¿Qué misión tienen los dos testigos? Profetizar 1,260 días vestidos de cilicio. Son descritos como dos olivos y dos candelabros, símbolos de testimonio y luz del Espíritu (Zacarías 4). Tienen poder para cerrar el cielo, convertir aguas en sangre y herir la tierra con plagas, reflejando a Elías y Moisés. Representan la misión profética de la iglesia. ¿Cómo puedes dar testimonio fiel de Cristo en medio de un ambiente hostil?
3. 11:7–10 — Muerte de los testigos. ¿Qué ocurre cuando terminan su misión? La bestia que sube del abismo los vence y mata, sus cadáveres quedan en la plaza y son motivo de burla por los habitantes de la tierra. Simboliza la aparente derrota y humillación de los testigos de Cristo. ¿Qué significa para ti permanecer fiel aun cuando tu fe es objeto de burla?
4. 11:11–12 — Resurrección y ascenso. ¿Qué sucede después de tres días y medio? Los testigos reciben aliento de vida, se levantan y suben al cielo en una nube, ante el asombro de sus enemigos. Simboliza la vindicación y triunfo final del testimonio fiel. ¿Cómo te anima recordar que la última palabra sobre tu vida la tiene Dios y no el mundo?
5. 11:13 — El terremoto y la gloria a Dios. ¿Qué ocurre en la ciudad tras la ascensión de los testigos? Un terremoto destruye la décima parte de la ciudad y mueren siete mil personas, pero los sobrevivientes dan gloria a Dios. Simboliza que aun en juicio, Dios busca llevar a los hombres al arrepentimiento. ¿Qué decisiones puedes tomar hoy para dar gloria a Dios en todo momento?
6. 11:14 — El segundo ay. ¿Qué nota se añade al final de esta visión? Que el segundo ay ha pasado, y el tercero viene pronto. Marca la transición hacia juicios más intensos. ¿Cómo puedes vivir preparado sabiendo que la historia avanza hacia el cumplimiento final en Cristo?
7. 11:1–14 — Visión de los dos testigos. ¿Qué enseña toda esta visión de los dos testigos? Que la misión profética de la iglesia será confrontada y perseguida, pero también vindicada y glorificada por Dios. ¿Qué compromiso práctico puedes renovar para vivir como testigo fiel de Cristo?

Reflexión teológica
Apocalipsis 11 presenta la misión profética de la iglesia bajo la imagen de los dos testigos, descritos como candelabros (luz) y olivos (vida en el Espíritu). Su ministerio reproduce señales de Elías y Moisés, mostrando continuidad con la historia de Dios. Aunque enfrentan aparente derrota por la bestia del abismo, su resurrección y ascenso en nube confirman la victoria de Cristo. El terremoto recuerda que los juicios de Dios buscan llevar a los hombres a reconocerlo. La verdad central: la iglesia está llamada a testificar con fidelidad en medio de oposición, con la certeza de que, aunque pueda parecer derrotada, será finalmente vindicada y glorificada por Dios.

1. Esta semana, identifica un espacio donde sueles callar tu fe (escuela, trabajo, familia, amigos) y ora: “Señor, dame valor para ser testigo tuyo allí”.
2. Haz un acto sencillo de testimonio: comparte tu fe, una oración o un gesto de amor en un lugar donde normalmente no lo haces.
3. Medita en la esperanza de la resurrección: escribe una situación donde sientes que tu testimonio “ha muerto” y entrégala a Dios para que Él dé nueva vida.

Señor, quiero ser tu testigo. Dame la valentía de hablar de ti aun cuando no sea fácil. Ayúdame a confiar que mi testimonio no es en vano, porque Tú eres fiel y darás vida. Amén.