Apocalipsis 17:7–18

Entender el simbolismo de la bestia y de la mujer (Babilonia), junto con su destino final, para reconocer que el poder del mal es pasajero y afirmar nuestra esperanza en la victoria de Cristo.

A veces el mal parece invencible: gobiernos injustos, sistemas corruptos, fuerzas que controlan la vida de millones. Juan también vio un poder impresionante: la bestia que sostiene a la gran ramera. Su descripción puede asustar, pero su final está escrito: caerá. Dios nos recuerda que lo que hoy parece poderoso es en realidad frágil frente al Cordero. La pregunta es: ¿pondrás tu confianza en los sistemas que pasan o en el Rey que permanece para siempre?

• ¿Has sentido que la maldad o la injusticia son más fuertes que la fe?
• ¿Qué “bestias” modernas te intimidan: violencia, corrupción, injusticia, seducción cultural?
• ¿Qué diferencia hace en tu vida diaria saber que el destino del mal ya está sellado?

1. 17:7–8 — La bestia explicada. ¿Qué características se destacan de la bestia? “Era, y no es, y está para subir del abismo”: una parodia del Dios eterno. El mal imita a Dios, pero su destino es la perdición. ¿Qué cosas en tu vida aparentan grandeza pero en realidad son imitaciones vacías de lo eterno?
2. 17:9 — Las siete cabezas como montes. ¿Qué dice el ángel que representan las siete cabezas? Los siete montes evocan poder terrenal (Roma en tiempo de Juan), pero también simbolizan sistemas humanos que se levantan contra Dios. ¿Qué “montañas” de poder en tu entorno parecen indestructibles pero no lo son ante Cristo?
3. 17:10–11 — Reyes y cuernos. ¿Qué representan los reyes y el octavo rey? Son gobiernos pasajeros. El octavo es parte de los siete y a la vez va a destrucción. La política del mal parece renovarse, pero siempre termina igual: en juicio. ¿Cómo cambia tu confianza al recordar que los imperios humanos son temporales?
4. 17:12–13 — Diez cuernos con un mismo propósito. ¿Qué hacen los diez reyes y cuál es su objetivo común? Representan alianzas de poder que entregan autoridad a la bestia. La unidad del mal busca oponerse al Cordero. ¿Qué ejemplos ves hoy de alianzas culturales o políticas que se unen contra los valores del evangelio?
5. 17:14 — El Cordero vencedor. ¿Qué contraste hace el texto entre la bestia y el Cordero? Aunque la bestia y sus aliados luchan, el Cordero los vencerá, porque Él es Rey de reyes y Señor de señores. Sus fieles participan de su victoria. ¿Qué significa para ti ser “llamado, escogido y fiel” en medio de la oposición?
6. 17:15 — Las aguas explicadas. ¿Qué representan las muchas aguas sobre las que se sienta la mujer? Son pueblos, multitudes, naciones y lenguas: la influencia global de Babilonia. ¿Qué culturas o ambientes influyen en ti y necesitan ser filtrados a la luz de Cristo?
7. 17:16–17 — La caída de la ramera. ¿Qué hacen las mismas bestias y reyes contra la mujer? La destruyen y la dejan desnuda. El mal es autodestructivo: quienes se unen en rebelión terminan devorándose entre sí. ¿Cómo puedes evitar quedar atrapado en alianzas que tarde o temprano destruyen a sus propios aliados?
8. 17:18 — La gran ciudad. ¿Qué representa la mujer finalmente? Es la “gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra”: Roma en aquel tiempo, y en general todo sistema que seduce y oprime. ¿Qué “ciudades” modernas ejercen dominio sobre tu corazón y cómo puedes afirmar tu ciudadanía en el Reino de Dios?
9. 17:1–18 — La mujer y la bestia. ¿Qué nos muestra el capítulo entero sobre la mujer y la bestia? La gran ramera (Babilonia) seduce con lujo y poder, apoyada en la bestia que imita a Dios. Pero su atractivo es engañoso: el mal es autodestructivo y finalmente será derrotado por el Cordero, Rey de reyes y Señor de señores. ¿Qué decisión práctica puedes tomar hoy para discernir y resistir los encantos que buscan apartarte de Cristo?

Reflexión teológica
La visión de la bestia y la gran ramera muestra el poder seductor y violento del mal. Sus símbolos (montañas, reyes, cuernos) representan fuerzas políticas, económicas y culturales que se levantan contra Dios. Pero su destino está marcado: caerán. La bestia imita a Dios, pero no puede sostenerse. El mal es autodestructivo y termina devorándose a sí mismo. En contraste, el Cordero reina, y con Él vencen los llamados, escogidos y fieles. La verdad central: no temamos a la grandeza pasajera del mal; confiemos en la victoria segura de Cristo.

1. Afirma tu lealtad. Esta semana declara en oración diaria: “Jesús, tú eres mi Rey y mi Señor, por encima de cualquier otro poder”.
2. Identifica un área donde el mundo imita lo de Dios (placer, éxito, seguridad) y decide vivirla de manera auténtica en Cristo.
3. Elige una acción concreta (justicia, verdad, servicio) que muestre que perteneces al Cordero.

Señor Jesús, Cordero vencedor, no quiero temer a los poderes de este mundo. Enséñame a ser fiel en medio de la presión y a confiar en tu victoria segura sobre el mal. Amén.