Deja lo que te ata (Marcos 10:17–31)

Reconocer que seguir a Jesús implica soltar lo que compite con Él en nuestro corazón, para vivir en libertad, generosidad y confianza en las promesas de su Reino.

Hay preguntas que parecen sinceras, pero en el fondo revelan lo que más valoramos. El joven rico se acerca a Jesús con una pregunta clave: “¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?”. Aparenta rectitud y deseo espiritual, pero cuando Jesús toca lo más profundo —sus riquezas— queda claro lo que realmente gobierna su corazón. Este pasaje confronta no solo el amor al dinero, sino todo aquello que nos ata y nos impide seguir a Cristo con libertad. La pregunta es inevitable: ¿qué cosas todavía ocupan el primer lugar en tu vida y necesitan quedar en las manos de Jesús?

• ¿Qué cosa material o logro personal te costaría más soltar si Jesús te lo pidiera?
• ¿Qué experiencias te han mostrado que la riqueza no siempre garantiza paz o seguridad?
• ¿Qué significa para ti “tenerlo todo” y cómo se relaciona con seguir a Jesús?

1. 10:17–20 — El joven y su búsqueda. ¿Qué pregunta hace el joven y cómo responde Jesús sobre los mandamientos? ¿Qué muestra esto acerca de la visión del joven sobre la salvación? ¿Dónde notas hoy actitudes de “hacer lo correcto” sin realmente rendir el corazón a Dios?
2. 10:21–22 — El llamado radical. ¿Qué mirada y palabras de amor dirige Jesús al joven? ¿Qué le pide específicamente que deje? ¿Qué cosas en tu vida te generan tristeza al pensar en entregarlas a Cristo?
3. 10:23–25 — La dificultad de los ricos. ¿Qué enseña Jesús sobre lo difícil que es para un rico entrar en el Reino? ¿Por qué compara con el camello y el ojo de la aguja? ¿Qué apegos (no solo materiales) pueden hacerte sentir “demasiado grande” para caber en el Reino?
4. 10:26–27 — Lo imposible para el hombre. ¿Qué reacción tienen los discípulos ante estas palabras? ¿Qué verdad central enseña Jesús sobre lo imposible y lo posible con Dios? ¿Qué área de tu vida parece imposible de cambiar si no es por la gracia de Dios?
5. 10:28–30 — La promesa a los que dejan todo. ¿Qué dice Pedro sobre haberlo dejado todo? ¿Qué promete Jesús a quienes renuncian por causa del Evangelio? ¿Qué esperas recibir de Dios en lugar de lo que has soltado por seguirle?
6. 10:31 — Los primeros y los últimos. ¿Qué paradoja presenta Jesús sobre el orden en el Reino? ¿Cómo corrige esto la ambición de ser reconocido o estar “adelante”? ¿Qué pasaría si tu vida se midiera no por ser primero, sino por tu entrega?

Reflexión teológica
Este pasaje enseña que el discipulado no es acumular méritos, sino rendirse a Jesús. El joven rico cumplía mandamientos, pero estaba atrapado en sus riquezas. Jesús no condena la posesión de bienes, sino el corazón esclavizado por ellos. Seguirle implica soltar lo que compite con Él, confiar en lo imposible que solo Dios hace posible y vivir en la promesa de una familia y una herencia más grande: el Reino eterno. La verdadera riqueza es Cristo mismo, y la verdadera libertad es seguirle sin reservas.

1. Haz un inventario personal de lo que más valoras (posesiones, logros, sueños) y ora entregando conscientemente cada cosa a Dios, pidiendo que no ocupen su lugar.
2. Practica la generosidad esta semana: comparte algo de lo que normalmente guardarías solo para ti (tiempo, recursos, atención) como ejercicio de libertad en Cristo.
3. Recuerda la promesa: escribe una lista de lo que has dejado o sufrido por seguir a Jesús y al lado anota cómo Él ya lo ha multiplicado en tu vida.

Señor Jesús, reconozco que a veces me aferro a cosas que me atan y me impiden seguirte libremente. Gracias porque me miras con amor y me llamas a soltar. Ayúdame a confiar en tu gracia, a vivir con generosidad y a recordar que mi verdadera riqueza está en ti y en tu Reino eterno. Amén.