El «Yo Soy» eterno (Juan 8:48–59)

Reconocer que Jesús es eterno y uno con el Padre, para confiar en Él como la verdad que vence la muerte y permanecer en su palabra con fe y adoración.

A todos nos cuesta entender lo eterno. Estamos rodeados de cosas que empiezan y terminan: los días, los trabajos, los proyectos, incluso la vida. Por eso sorprende cuando alguien habla de algo “para siempre”. Jesús, en un fuerte enfrentamiento con los líderes judíos, declara lo impensable: “Antes de que Abraham naciera, Yo Soy”. No solo se compara con el patriarca, se identifica con el Dios eterno que habló a Moisés en la zarza ardiente. Esta afirmación es tan radical que provoca que busquen apedrearlo. ¿Cómo respondes hoy a un Jesús que no solo enseña, sino que se presenta como el Dios eterno que merece tu fe y adoración?

• ¿Qué sentimientos te provoca la idea de “eternidad”: esperanza, temor, confusión?
• ¿En qué momentos olvidas que tu fe descansa en un Dios que no cambia ni termina?
• ¿Cómo cambia tu vida diaria saber que Jesús es más grande que tu pasado y tu futuro?

1. 8:48–50 — Acusaciones y respuesta. ¿Qué insultos lanzan contra Jesús? ¿Cómo responde Él frente a la deshonra? ¿Qué te enseña sobre no dejarte definir por las críticas o etiquetas de otros?
2. 8:51–52 — La promesa de no ver muerte. ¿Qué promete Jesús a quienes guardan su palabra? ¿Por qué los judíos reaccionan con incredulidad? ¿Qué significa para ti confiar en la promesa de vida eterna?
3. 8:53–55 — Mayor que Abraham. ¿Cómo comparan los judíos a Jesús con Abraham y los profetas? ¿Qué declara Jesús sobre su relación con el Padre? ¿Qué te inspira a vivir de manera que tu vida dé gloria a Dios?
4. 8:56–57 — Abraham y el día de Cristo. ¿Qué dice Jesús sobre la alegría de Abraham? ¿Cómo entiendes que Abraham vio “el día de Cristo”? ¿Qué significa para tu fe que la historia de la salvación esté unida en Cristo desde siempre?
5. 8:58 — El “Yo Soy”. ¿Qué implica la declaración “Antes de que Abraham naciera, Yo Soy”? ¿Por qué es una afirmación de divinidad? ¿Qué significa para ti confesar hoy: “Jesús, Tú eres el Yo Soy”?
6. 8:59 — Rechazo y resistencia. ¿Cómo reaccionan los judíos ante esta afirmación? ¿Qué nos muestra sobre el corazón humano frente a la verdad de Jesús? ¿Cómo decides tú responder: con rechazo o con fe y adoración?

Reflexión teológica
En este pasaje, Jesús se revela con la declaración más contundente de todo el capítulo: “Yo Soy”. Con estas palabras, se identifica con el Dios eterno que se dio a conocer en Éxodo 3:14. Sus oyentes entendieron bien la implicación, por eso quisieron apedrearlo por blasfemia. Pero lejos de ser una exageración, Jesús es la Palabra eterna hecha carne (Jn 1:1,14), anterior a Abraham y Señor de la historia. Esta verdad nos llama a adorarlo, confiar en su promesa de vida eterna y reconocer que Él es Dios con nosotros.

1. Haz una oración de adoración: confiesa a Jesús como el “Yo Soy” eterno y dale gracias porque en Él tienes vida más allá de la muerte.
2. Esta semana, cada vez que enfrentes incertidumbre, repite en fe: “Jesús, Tú eres el mismo ayer, hoy y por los siglos”.
3. Comparte con alguien cercano lo que significa para ti creer en un Jesús eterno que sostiene tu pasado, presente y futuro.

Señor Jesús, Tú eres el “Yo Soy” eterno. Reconozco que mi vida es frágil y pasajera, pero en Ti encuentro seguridad y esperanza. Gracias por tu promesa de vida eterna y por sostenerme más allá de lo que puedo ver. Te adoro y confío en Ti como mi Dios y Salvador. Amén.