Jesús es sepultado (Juan 19:38-42)

Reconocer la valentía de José de Arimatea y Nicodemo al honrar a Jesús públicamente en su muerte, para aprender a confesar nuestra fe con acciones concretas y sin temor.

Hay momentos en los que la fe nos pone en riesgo de críticas, rechazo o incluso pérdida. José de Arimatea y Nicodemo lo sabían bien: ambos eran líderes judíos, y hasta entonces habían seguido a Jesús en secreto. Pero en la hora de mayor oscuridad, cuando parecía que todo estaba perdido, dieron un paso al frente. Se expusieron públicamente para pedir el cuerpo de Jesús y darle sepultura digna. Lo que otros veían como derrota, ellos lo reconocieron como digno de honor. La pregunta es: ¿qué significa para ti honrar a Jesús con tu vida, así como José y Nicodemo lo honraron con su valentía?

• ¿En qué situaciones tiendes a mantener tu fe en secreto por temor?
• ¿Qué ejemplo te dejan José y Nicodemo al salir de las sombras en un momento difícil?
• ¿Cómo podrías honrar a Jesús hoy, incluso en medio de ambientes poco favorables?

1. 19:38 — José de Arimatea pide el cuerpo. ¿Por qué era un acto valiente acercarse a Pilato? ¿Qué riesgos corría José? ¿Qué te inspira de su decisión de honrar a Jesús públicamente?
2. 19:39 — Nicodemo trae aromas. ¿Por qué es significativo que Nicodemo, quien antes vino de noche a Jesús, ahora se muestre públicamente? ¿Qué enseña esto sobre el crecimiento en la fe?
3. 19:40 — Sepultura según costumbre judía. ¿Qué implica envolver el cuerpo de Jesús con lino y aromas? ¿Cómo revela esto respeto y amor hacia Él? ¿Qué acciones sencillas de tu vida pueden reflejar amor reverente hacia Jesús?
4. 19:41–42 — Un huerto, una tumba nueva. ¿Qué detalle da Juan sobre el lugar de la sepultura? ¿Cómo muestra Dios que incluso en la muerte de Jesús se cumplen sus propósitos? ¿Cómo te anima recordar que Dios cuida cada detalle de la historia de salvación?

Reflexión teológica
La sepultura de Jesús confirma su verdadera humanidad: murió realmente, no en apariencia. También muestra que incluso en la oscuridad Dios obra con propósito: fue sepultado con dignidad, en una tumba nueva, cumpliendo las Escrituras. José y Nicodemo representan el paso de una fe secreta a una fe valiente que se muestra con hechos. Su ejemplo invita a los creyentes a confesar públicamente a Cristo y a honrarlo en toda circunstancia.

1. Da un paso concreto para mostrar tu fe públicamente (compartir tu testimonio en redes sociales, llevar tu Biblia, orar con alguien en público).
2. Piensa en una manera práctica de honrar a Jesús con tu tiempo, tus recursos o tus palabras esta semana.
3. Recuerda que tu fe no puede quedarse en lo secreto: decide dar un paso visible de amor y obediencia a Cristo.

Señor Jesús, gracias porque hasta en tu sepultura se cumplió el plan de Dios. Dame valor para confesar mi fe sin miedo y para honrarte con mis acciones cada día. Amén.