Juan 3:22–36

Reconocer la supremacía de Jesús y la humildad de Juan el Bautista, para aprender a disminuir nuestro ego y dar testimonio de Cristo con alegría y fidelidad.

En la vida muchas veces sentimos la tentación de compararnos con otros: quién tiene más éxito, más seguidores, más influencia. En tiempos de redes sociales, esa competencia se hace aún más visible. Algo parecido ocurrió con los discípulos de Juan el Bautista: al ver que la gente empezaba a seguir a Jesús, se sintieron amenazados. Pero Juan respondió con una frase sorprendente: “Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya”. Su alegría estaba en ver a Cristo brillar, no en defender su propio lugar. La pregunta es: ¿cómo puedes tú aprender esa misma actitud?

• ¿En qué áreas de tu vida sientes la presión de compararte con otros?
• ¿Cómo reaccionas cuando alguien más recibe reconocimiento o atención en lugar tuyo?
• ¿Qué te inspira de la actitud de Juan al alegrarse de que Jesús creciera aunque él quedara en segundo plano?

1. 3:22–24 — El ministerio paralelo. ¿Qué hacían Jesús y Juan en esos lugares? ¿Qué nos muestra esto sobre la etapa inicial del ministerio de Jesús? ¿Cómo reaccionas cuando parece que otros “avanzan” más rápido que tú en algo?
2. 3:25–26 — La discusión sobre purificación. ¿Qué preocupación expresan los discípulos de Juan? ¿Qué revela esto sobre la tendencia humana a comparar ministerios o roles? ¿Dónde notas comparaciones similares en la vida cristiana actual?
3. 3:27–28 — La humildad de Juan. ¿Qué enseña Juan sobre la autoridad y los dones recibidos del cielo? ¿Cómo afirma que él no es el Mesías? ¿Cómo puedes recordar que todo lo que tienes viene de Dios?
4. 3:29 — El gozo del amigo del novio. ¿Qué imagen usa Juan para describir su papel en relación con Jesús? ¿Por qué se alegra en lugar de entristecerse? ¿Qué nos enseña esto sobre encontrar gozo en que Cristo sea el protagonista?
5. 3:30 — La gran declaración. ¿Qué significa “es necesario que Él crezca, y que yo disminuya”? ¿Cómo cambia tu manera de vivir y servir al recordar esto? ¿Qué “ego” o ambición necesitas entregar hoy a Cristo?
6. 3:31–36 — La supremacía de Cristo. ¿Qué contrastes hace Juan entre lo terrenal y lo celestial, lo humano y lo divino? ¿Qué significa recibir o rechazar el testimonio de Jesús? ¿Cómo impacta tu vida diaria saber que quien cree en Él tiene vida eterna?

Reflexión teológica
Este pasaje marca la transición: el ministerio de Juan llega a su fin y Jesús toma el lugar central. Juan nos deja una enseñanza clave: toda bendición viene de Dios, y nuestro gozo está en apuntar a Cristo, no en defender nuestro lugar. Su declaración “es necesario que Él crezca y yo disminuya” revela la esencia del discipulado: vivir para que Cristo sea exaltado. Al final, Juan reafirma la supremacía de Jesús: Él viene de arriba, habla las palabras de Dios y tiene toda la autoridad del Padre. La respuesta es clara: creer en el Hijo para vida eterna, o rechazarlo y permanecer bajo juicio.

1. Haz una oración de humildad: reconoce algo en lo que buscas tu propia gloria y entrégalo para que Cristo crezca en ti.
2. Celebra los logros o bendiciones de alguien más sin compararte. Da gracias a Dios porque en su Reino no competimos, sino que servimos juntos.
3. Al iniciar tu día, repite como oración: “Jesús, que hoy seas más visible que yo. Ayúdame a disminuir para que tu amor crezca en mi vida”.

Señor Jesús, quiero que Tú crezcas en mi vida y yo disminuya. Ayúdame a dejar el orgullo y la comparación para vivir con gozo, apuntando siempre a Ti. Reconozco que Tú tienes toda la autoridad y en Ti encuentro la vida eterna. Amén.