Lucas 10:38–42

Reconocer que la verdadera prioridad del discípulo es estar a los pies de Jesús, para aprender a equilibrar servicio y escucha con una vida centrada en Él.

¿Alguna vez estuviste tan ocupado sirviendo o resolviendo cosas que olvidaste disfrutar a la persona que era el motivo de todo? Nos pasa en la vida familiar, en el trabajo e incluso en la fe: llenamos la agenda de actividades, pero perdemos de vista el corazón de la relación. Marta y María nos muestran dos maneras de responder a la visita de Jesús: una preocupada y agitada, otra tranquila y atenta. Mientras estudiamos, piensa: ¿cómo puedes aprender a detenerte para escuchar a Jesús en medio de tus ocupaciones?

• ¿Qué actividades suelen llenarte de tanto afán que te distraen de lo más importante?
• ¿Con qué actitud te identificas más: con Marta (ocupada y preocupada) o con María (escuchando y aprendiendo)?
• ¿Qué significa para ti “sentarte a los pies de Jesús” en tu vida diaria?

1. 10:38 — Jesús recibido en casa. ¿Qué nos enseña que Marta reciba a Jesús en su hogar? ¿Qué revela sobre hospitalidad y servicio? ¿Qué gestos simples puedes hacer para “recibir a Jesús” en tu vida diaria?
2. 10:39 — María a los pies. ¿Qué significa que María se siente a los pies de Jesús para escucharlo? ¿Por qué es un gesto radical para una mujer en ese tiempo? ¿Cómo puedes abrir espacio para escuchar la voz de Jesús en tu rutina?
3. 10:40 — Marta afanada. ¿Qué muestra la queja de Marta sobre su estado interior? ¿Qué revela sobre servir con el corazón distraído? ¿En qué áreas notas que tus preocupaciones te roban la paz al servir?
4. 10:41 — Una respuesta con ternura. ¿Cómo responde Jesús a Marta? ¿Qué nos enseña su tono al repetir su nombre? ¿Cómo experimentas tú la ternura de Jesús cuando te sientes abrumado?
5. 10:42 — Lo único necesario. ¿Qué significa que María escogió “la mejor parte”? ¿Por qué nadie se la podrá quitar? ¿Qué decisiones prácticas podrías tomar para priorizar tu tiempo con Jesús sobre el activismo o las distracciones?

Reflexión teológica
Este breve pasaje revela un contraste entre el servicio ansioso y la escucha atenta. Marta representa el afán que nos consume aun en lo bueno, mientras que María encarna la disposición del discípulo que se sienta a los pies del Maestro. Jesús no desprecia el servicio, pero sí corrige la distracción que pone la actividad por encima de la relación. La vida cristiana madura encuentra equilibrio: servir con amor, pero siempre desde la fuente de la presencia de Cristo.

1. Haz un espacio diario de silencio y lectura para “sentarte a los pies de Jesús”, aunque sean solo 10 minutos.
2. Antes de iniciar un servicio o actividad, haz una oración breve pidiendo hacerlo con paz en lugar de afán.
3. Elige una tarea concreta de servicio esta semana (en casa, trabajo o iglesia) y hazla conscientemente como expresión de amor a Jesús, no desde la prisa.

Señor Jesús, gracias porque me invitas no solo a servirte, sino a estar contigo. Perdóname cuando mis ocupaciones me alejan de lo más importante. Enséñame a escoger lo mejor: sentarme a tus pies, escucharte y vivir desde tu paz. Amén.