Lucas 20:41–47

Reconocer a Jesús como el Señor exaltado y vivir bajo su autoridad, para evitar la hipocresía religiosa y cultivar una fe auténtica, humilde y centrada en Dios.

A veces admiramos a personas que parecen tener todas las respuestas: hablan bonito, saben de memoria pasajes, dirigen oraciones… pero cuando conoces más de cerca, notas incoherencias. Eso puede doler: que alguien se vista de fe, pero viva otra cosa. También puede pasarnos a nosotros: proyectar espiritualidad y, sin darnos cuenta, buscar aprobación o ventajas. Jesús confronta esto con claridad. Antes de señalar a los demás, ¿te animas a abrir tu corazón y preguntarte qué gobierna realmente tu vida?

• ¿Qué es lo que más admiras de una persona que consideras espiritual?
• ¿Alguna vez te desilusionaste al descubrir incoherencias en alguien a quien seguías?
• ¿En qué cosas puedes caer tú en aparentar más fe de la que realmente vives?

1. 20:41–44 — Cristo, Señor de David. ¿Qué pregunta plantea Jesús sobre el Mesías y David? ¿Qué significa que David lo llame “Señor”? ¿Cómo cambia tu visión de Jesús verlo no solo como hombre, sino como Señor exaltado?
2. 20:45–46 — Advertencia contra los escribas. ¿Qué actitudes describe Jesús de los maestros de la ley? ¿Por qué eran problemáticas, aunque parecieran “piadosas”? ¿Qué ejemplos actuales reflejan este mismo deseo de aparentar o dominar?
3. 20:47 — El juicio contra la hipocresía. ¿Qué prácticas abusivas denuncia Jesús aquí? ¿Qué revela esto sobre el corazón de Dios hacia los débiles y vulnerables? ¿Qué responsabilidad tienes tú en cuidar la integridad y no aprovecharte de otros?

Reflexión teológica
Jesús no es solo descendiente de David, es el Señor de David, exaltado por encima de todo. Este pasaje subraya su autoridad divina y su llamado a rechazar toda religiosidad vacía. La fe verdadera no se mide por títulos, ropas o palabras largas, sino por una vida rendida al Señor y atenta al prójimo, en especial al más vulnerable. La hipocresía no pasa desapercibida a Dios: Él mira el corazón y hará justicia.

1. Haz un acto de servicio oculto esta semana, sin que nadie lo sepa, como una manera de cultivar sinceridad delante de Dios.
2. Examina tus motivaciones en algún área espiritual (oración, estudio, congregación, servicio). Pregúntate: ¿lo hago por Dios o para que otros lo noten? Entrégaselo a Él en oración.
3. Da un paso concreto para cuidar o apoyar a alguien vulnerable en tu entorno (una viuda, un anciano, un niño, un migrante).

Señor Jesús, reconozco que eres el Señor sobre todo, incluso sobre mi vida. Perdóname cuando busco aparentar o agradar más a la gente que a ti. Líbrame de la hipocresía y hazme vivir con un corazón sencillo, sincero y lleno de tu amor. Amén.