Mantente en lo esencial (Tito 3:9-15)

Aprender a distinguir entre discusiones inútiles y lo que realmente edifica, para mantenernos enfocados en la unidad, las buenas obras y la misión que Dios nos encomendó.

Seguro has estado en conversaciones que terminan en pleito y no llevan a ningún lado. A veces, incluso dentro de la iglesia, podemos perder tiempo en debates sin fruto, mientras descuidamos lo importante: amar, servir, crecer y extender el evangelio. Pablo anima a Tito a no desgastarse en lo secundario, sino a mantener el enfoque en lo esencial. Hoy la pregunta es: ¿qué conversaciones y actitudes me acercan a la misión de Dios y cuáles me apartan de ella?

• ¿Recuerdas una discusión que solo te dejó cansado o frustrado? ¿Qué aprendiste de esa experiencia?
• ¿Qué temas suelen generar más divisiones en tu entorno (familia, iglesia, amigos)?
• ¿Qué cosas te ayudan a mantenerte enfocado en lo realmente importante?

1. 3:9 — Evita discusiones inútiles. ¿Qué ejemplos de debates menciona Pablo? ¿Por qué estas disputas no producen fruto? ¿Qué discusiones actuales podrían estar robando tu paz o tu energía espiritual?
2. 3:10–11 — Actitud ante quien divide. ¿Cómo instruye Pablo a tratar con alguien que insiste en causar divisiones? ¿Qué revela esto sobre la seriedad de la unidad en la iglesia? ¿Cómo podrías responder con firmeza y amor si alguien insiste en sembrar división?
3. 3:12–13 — Colaboración en la misión. ¿Qué muestran estas instrucciones prácticas sobre el trabajo en equipo en la misión de la iglesia? ¿Por qué es importante apoyar y enviar con generosidad a quienes sirven? ¿Qué formas concretas tienes de apoyar hoy a alguien en misión o servicio?
4. 3:14–15 — Enfocados en buenas obras. ¿Qué insiste Pablo respecto a aprender a hacer buenas obras? ¿Cómo conecta esto con suplir “las necesidades urgentes”? ¿Qué necesidad cercana podrías atender esta semana como fruto de tu fe?

Reflexión teológica
La iglesia de Cristo está llamada a mantenerse unida y enfocada en lo esencial: proclamar el evangelio y reflejarlo en buenas obras. Las discusiones inútiles desgastan, dividen y desvían del propósito de Dios. En cambio, cuando apoyamos a otros en la misión y suplimos necesidades reales, mostramos la belleza práctica del evangelio. La verdadera madurez no se mide por ganar debates, sino por vivir una fe que edifica y sirve.

1. Identifica una discusión o hábito que te desgasta espiritualmente. Esta semana, decide conscientemente no invertir energía en ello y entrégalo en oración.
2. Busca una necesidad urgente (en tu familia, iglesia o comunidad) y haz una acción concreta para suplirla.
3. Apoya de forma práctica a alguien en misión o servicio (con oración, un aporte económico, un mensaje de ánimo o un gesto de ayuda).

Señor, guíame a mantenerme enfocado en lo que realmente importa. Líbrame de perder tiempo en discusiones que no edifican. Enséñame a vivir en unidad, a apoyar la misión y a responder con amor a las necesidades de otros. Amén.