No te avergüences del evangelio (2 Timoteo 1:8–18)

¿Qué significa hoy identificarte con Jesús sin miedo ni vergüenza?

📖 2 Timoteo 1:8-18

Así que nunca te avergüences de contarles a otros acerca de nuestro Señor, ni te avergüences de mí, aun cuando estoy preso por él. Con las fuerzas que Dios te da prepárate para sufrir conmigo a causa de la Buena Noticia. Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ese era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús; 10 y ahora todo esto él nos lo ha hecho evidente mediante la venida de Cristo Jesús, nuestro Salvador. Destruyó el poder de la muerte e iluminó el camino a la vida y a la inmortalidad por medio de la Buena Noticia. 11 Y Dios me eligió para que sea predicador, apóstol y maestro de esta Buena Noticia.

12 Por eso estoy sufriendo aquí, en prisión; pero no me avergüenzo de ello, porque yo sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que él es capaz de guardar lo que le he confiado hasta el día de su regreso.

13 Aférrate al modelo de la sana enseñanza que aprendiste de mí, un modelo formado por la fe y el amor que tienes en Cristo Jesús. 14 Mediante el poder del Espíritu Santo, quien vive en nosotros, guarda con sumo cuidado la preciosa verdad que se te confió.

15 Como tú sabes, todos los de la provincia de Asia me abandonaron, incluso Figelo y Hermógenes.

16 Que el Señor muestre una bondad especial con Onesíforo y toda su familia, porque él me visitó muchas veces y me dio ánimo. Jamás se avergonzó de que yo estuviera en cadenas. 17 Cuando vino a Roma, me buscó por todas partes hasta que me encontró. 18 Que el Señor le muestre una bondad especial el día que Cristo vuelva. Y tú bien sabes de cuánta ayuda fue en Éfeso.

Textos bíblicos tomados de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente® (NTV). Copyright © 1996, 2006, 2010, 2015 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers Inc. Todos los derechos reservados.

Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero Suyo, sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio, según el poder de Dios.

Él nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según Su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad, 10 y que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien puso fin a la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio.

11 Para este evangelio yo fui constituido predicador, apóstol y maestro. 12 Por lo cual también sufro estas cosas, pero no me avergüenzo. Porque yo sé en quién he creído, y estoy convencido de que Él es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día. 13 Retén la norma de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo Jesús. 14 Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros, el tesoro que te ha sido encomendado.

15 Ya sabes esto, que todos los que están en Asia me han vuelto la espalda, entre los cuales están Figelo y Hermógenes. 16 Conceda el Señor misericordia a la casa de Onesíforo, porque muchas veces me dio consuelo y no se avergonzó de mis cadenas. 17 Antes bien, cuando estuvo en Roma, me buscó con afán y me halló. 18 El Señor le conceda que halle misericordia del Señor en aquel día. Además, los servicios que prestó en Éfeso, tú lo sabes mejor.

Textos bíblicos tomados de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.NuevaBiblia.com

Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, 11 del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. 12 Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. 13 Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. 14 Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.

15 Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia, de los cuales son Figelo y Hermógenes. 16 Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas, 17 sino que cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me halló. 18 Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Éfeso, tú lo sabes mejor.

Textos bíblicos tomados de la Reina-Valera 1960 (RVR1960). Copyright © 1960 por la Sociedad Bíblica Americana. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.

❤️ Estudio Bíblico Guiado

🎯 Objetivo pedagógico

Reconocer el llamado a no avergonzarse del evangelio ni de sufrir por Cristo, para vivir con valentía, agradecimiento y fidelidad, confiando en el poder de Dios y en su gracia que sostiene.

📂 Introducción reflexiva

¿Alguna vez te has sentido incómodo al hablar de tu fe? Quizá en una conversación en el trabajo, en la escuela o con amigos, donde compartir que eres cristiano parecía “demasiado raro” o arriesgado. Todos conocemos ese nudo en la garganta: el deseo de agradar y, al mismo tiempo, el temor de quedar en ridículo o ser rechazado. Pablo escribe a Timoteo desde la cárcel, animándolo a no avergonzarse del evangelio ni de quienes sufren por él. Le recuerda que la fe en Cristo no es motivo de vergüenza, sino de esperanza y poder. La pregunta que queda es directa: ¿Qué significa hoy identificarte con Jesús sin miedo ni vergüenza?

💬 Preguntas de conexión personal
  • ¿Cuándo fue la última vez que sentiste dificultad para hablar de tu fe?
  • ¿Qué temes más: el rechazo, el ridículo o la soledad por causa del evangelio?
  • ¿Quién ha sido un ejemplo para ti de alguien que habló de Jesús con valentía?
🔎 Exploración profunda del texto
  1. 1:8 — No te avergüences. ¿Qué dos cosas pide Pablo a Timoteo que no le dé vergüenza? ¿Por qué crees que Pablo une el evangelio con el sufrimiento? ¿En qué momentos sientes la tentación de callar tu fe?
  2. 1:9–10 — El evangelio eterno. ¿Cómo describe Pablo la obra de Dios: quién nos salvó, cuándo fue planeada, y cómo se manifestó en Cristo? ¿Qué significa que Jesús venció la muerte y trajo vida eterna? ¿Cómo cambia tu manera de ver los problemas cotidianos esta perspectiva?
  3. 1:11–12 — Llamado y confianza. ¿Qué encargo recibió Pablo (predicador, apóstol, maestro)? ¿Por qué, a pesar de estar preso, no se avergüenza? ¿Qué significa en tu vida confiar en que Dios guarda lo que le has entregado?
  4. 1:13–14 — Aférrate a la verdad. ¿Qué instrucción da Pablo sobre “el modelo de la sana enseñanza”? ¿Qué papel juega el Espíritu Santo en guardar el tesoro recibido? ¿Qué prácticas te ayudan a retener la verdad sin dejarla diluirse?
  5. 1:15–18 — Ejemplos de deslealtad y fidelidad. ¿Qué ocurrió con Figelo y Hermógenes? ¿Qué hizo diferente Onesíforo? ¿Por qué crees que Pablo destaca su valentía al visitarlo en prisión? ¿Qué personas en tu vida han sido como “Onesíforo”, animándote sin vergüenza?

Reflexión teológica
La fe cristiana nunca fue diseñada para ser “popular”. Pablo recuerda a Timoteo que el evangelio implica tanto gloria como sufrimiento, tanto esperanza como rechazo. La gracia de Dios no nos libra de la oposición, pero nos sostiene en medio de ella. La obra de Cristo —planificada desde antes de los tiempos— asegura que la vida vence a la muerte, y eso nos da razones para no avergonzarnos. El Espíritu Santo es quien guarda la verdad en nosotros y nos fortalece para vivirla sin miedo. En un mundo que a veces desprecia la fe, seguir a Jesús con valentía se convierte en testimonio vivo de su poder.

👣 Transformación
  1. Ora por una persona concreta en tu entorno con quien quisieras compartir tu fe. Pide valentía y busca una oportunidad para mostrar el amor de Cristo en palabras o acciones.
  2. Identifica un área en la que sientes vergüenza de tu fe (trabajo, familia, redes sociales). Esta semana da un paso pequeño para reconocer públicamente tu confianza en Jesús.
  3. Agradece a alguien que ha sido “Onesíforo” para ti: envíale un mensaje o palabra de gratitud por haberte animado en tu fe sin avergonzarse del evangelio.
🙏 Oración sugerida

Señor, a veces tengo miedo de lo que otros piensen de mí. Perdóname cuando callo lo que creo por vergüenza o temor. Gracias porque en Jesús me diste una salvación eterna y una esperanza que nada ni nadie puede quitar. Dame valentía para vivir mi fe con amor y verdad, y que tu Espíritu Santo me guarde fiel hasta el final. Amén.

🛠️ Recursos Extra para Facilitadores

  • Versículo para memorizar: 2 Timoteo 1:12
  • Referencias cruzadas: Romanos 1:16; Marcos 8:34–35; 1 Pedro 4:12–16; Filipenses 1:20; Hebreos 10:35–36.
  • Dinámica grupal: Cada persona escribe en una tarjeta una situación en la que siente vergüenza de su fe. Luego, comparten (solo si desean) y oran unos por otros para pedir valentía.
  • Aplicación familiar: Conversen sobre momentos en que alguno se sintió diferente o rechazado por su fe. Oren juntos pidiendo que cada miembro pueda ser valiente como Timoteo.
  • Advertencia pastoral: Para algunos, hablar de la fe en ciertos entornos (trabajo, estudios, países con persecución) puede traer consecuencias reales. No se trata de exponerse imprudentemente, sino de buscar sabiduría y valentía guiada por el Espíritu.
¿Te ayudó este estudio? ¡Comparte la Palabra de Dios!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *